Una guía de libre mercado para las medidas migratorias de Trump
No hace falta ser un defensor de las fronteras abiertas para preocuparse cuando se oye hablar de una agencia federal de aplicación de la ley que emprende una «represión».
No hace falta ser un defensor de las fronteras abiertas para preocuparse cuando se oye hablar de una agencia federal de aplicación de la ley que emprende una «represión».
La mayoría estamos familiarizados con la Ley de Gresham, debemos recordar que no significa que se prefiera el dinero malo al bueno. Por el contrario, se refiere a una situación en la que el gobierno obliga a que el dinero inferior y superior tengan legalmente el mismo valor nominal.
Con la desaparición de la administración Biden, ha llegado el momento de analizar en profundidad los programas de DEI que impuso. La simple supresión no resolverá los problemas subyacentes.
Con Donald Trump, estamos viendo el uso repetido de la palabra con M para describir la dirección que está tomando América: fascista. Pero, ¿es eso lo que está ocurriendo en EEUU, o se está lanzando el término fascista con ciega ignorancia? Estas acusaciones deben ser analizadas.
Como señaló Joseph Schumpeter, los mercados necesitan «destrucción creativa» para sobrevivir y avanzar. Sin embargo, la Ley del Mercado Digital (DMA) europea —aunque está redactada para proteger ostensiblemente la competencia— otorga a la economía digital una destrucción no creativa.
La economía académica moderna se basa en las metodologías utilizadas para estudiar las ciencias naturales. Sin embargo, estas metodologías son inadecuadas para estudiar la economía, que debe basarse en el causal-realismo.
Amy LePore se une a Bob para hablar sobre el pobre historial de la FEMA en desastres recientes, pero también remontándonos al huracán Katrina.
Desafortunadamente, nos encontramos con que la economía MAGA de hoy es en muchos aspectos un recauchutado de la economía fallida del lado de la oferta de antaño.
Nigeria tiene grandes yacimientos de petróleo, gente instruida y mucho potencial económico. Sin embargo, gracias a la intervención del gobierno, la prometedora economía nigeriana está en ruinas y no hay alivio a la vista.
Los detractores del libre mercado afirman que las décadas de 1980 y 1990 fueron de laissez-faire casi puro cuando, en realidad, el Estado regulador no hizo sino reforzarse.