Ahora es un buen momento para que California se separe
La secesión de California no convertiría a los EEUU en un paraíso del laissez-faire, pero el cambio positivo sería inmenso.
La secesión de California no convertiría a los EEUU en un paraíso del laissez-faire, pero el cambio positivo sería inmenso.
La imaginación es un aspecto clave del pensamiento abstracto y de la economía. Sin embargo, muchos suponen falazmente que la incapacidad de imaginar cómo funcionaría algo en un mercado libre exige que el Estado lo proporcione. Se trata de un salto lógico injustificado.
Ryan McMaken y Heather Carson discuten cómo la educación en casa es una forma de resistir y sabotear las muchas maneras en que el Estado centraliza el poder y destruye las instituciones privadas.
Naciones africanas como Nigeria y Kenia necesitan desesperadamente economías de mercado y liberarse del socialismo y el estatismo que infectan a la élite gobernante de ese continente.
Los políticos californianos están en un estado de negación mientras incendios forestales mortales arden fuera de control en todo el estado, el último en Los Ángeles. Su negacionismo ante los hechos reales demuestra que, políticamente, California se ha convertido en La-La Land.
Los impuestos arancelarios proteccionistas no son más que una conspiración de fijación de precios orquestada por el Estado que enriquece a un grupo relativamente pequeño de empresas con conexiones políticas.
Cuando parecía que Europa central sucumbiría a los terrores del bolchevismo, Mises escribió su libro clásico, Socialismo, convenciendo a los austriacos de que el socialismo era destructivo. Mises influyó en F.A. Hayek, cuyo libro Camino de servidumbre tuvo efectos similares en EEUU.
Dificultar los negocios con los americanos no es la forma de ayudar a los trabajadores domésticos, a las pequeñas empresas y a todos los demás habitantes de América Central que han sido estafados por nuestro actual sistema político.
Independientemente de cómo se pronuncie la corte sobre la ciudadanía por derecho de nacimiento (o sobre cualquier otra cosa), desde luego no será la «última palabra» sobre el asunto, y nada está decidido más allá del corto plazo.
A pesar de los esfuerzos de las élites por promover la educación patrocinada por el Estado, la gente se rebela contra el modelo estatista. Desde las escuelas privadas hasta la educación en casa y otras alternativas, la gente no ha olvidado que la libertad y el aprendizaje encajan bien juntos.