La «moneda mágica» y el renovado interés por la política monetaria
David Brady, Jr. reseña La moneda mágica, del Dr. Jonathan Newman, un libro infantil que explica el dinero de una manera que incluso los adultos modernos pueden entender.
David Brady, Jr. reseña La moneda mágica, del Dr. Jonathan Newman, un libro infantil que explica el dinero de una manera que incluso los adultos modernos pueden entender.
Las figuras del establishment afirman erróneamente que las recientes frustraciones de Trump con Putin demuestran que tienen razón —que no se puede razonar con Putin.
Es fácil pensar que la inflación es solo un fenómeno económico. Sin embargo, a medida que la inflación se convierte en una parte esperada del cuerpo político, también afecta a la cultura, animando a todo el mundo a intentar vivir por encima de sus posibilidades.
La «economía» keynesiana no solo es errónea; sus preceptos no solo se basan en falacias, sino también en mentiras. Dado que Keynes se autodenominaba «inmoralista», no debería sorprendernos que su economía también lo sea.
Gracias a la intervención masiva del gobierno federal en los mercados inmobiliarios durante más de 20 años, la crisis inmobiliaria es peor que nunca. Las perspectivas para las viviendas multifamiliares son especialmente malas, con un futuro sombrío.
El genocidio televisado de Israel ha corroborado la realidad de los palestinos, sus motivos para estar furiosos y sus derechos a la resistencia y a la reparación.
Se rumora que la Fed fue capaz de resistirse a las demandas del presidente para financiar la Guerra de Corea. Sin embargo, un análisis de los registros demuestra que la Fed cedió a los deseos Truman de hacer lo que ha hecho durante un siglo: financiar las guerras de América.
El establishment está tratando de aprovechar las recientes frustraciones de Trump con Putin para actuar como si siempre hubiera tenido razón al afirmar que no se puede razonar con el presidente ruso. En realidad, la difícil situación en la que se encuentra Trump es casi totalmente culpa suya.
Los medios de comunicación financiados por el Estado han sido un sello distintivo de la Unión Soviética y de todos los demás regímenes opresivos y totalitarios de la historia.
El llamado «One Big, Beautiful Bill» (gran y hermoso proyecto de ley) del presidente Trump es más de lo mismo: grande e inflado. Añade miles de millones al déficit federal y no hace nada para hacer frente a la ruinosa deuda del gobierno. Naturalmente, los republicanos lo apoyan.