Es la raíz la que nos está matando
A pesar de todo lo que se habla sobre la necesidad de un «gobierno limitado», siempre debemos recordar que el gobierno tiene el monopolio legal de la violencia y que a menudo hace uso de ese privilegio legal.
A pesar de todo lo que se habla sobre la necesidad de un «gobierno limitado», siempre debemos recordar que el gobierno tiene el monopolio legal de la violencia y que a menudo hace uso de ese privilegio legal.
La gente (incluida la mayoría de los economistas convencionales) da por sentado que solo la burocracia gubernamental puede ocuparse eficazmente de predecir desastres y alertar a las personas que se encuentran en peligro. Sin embargo, se trata de un ámbito empresarial.
Todo esto nos recuerda que nunca debemos tomar lo que dicen los portavoces de la Fed como información fiable sobre las tendencias económicas actuales o futuras.
Desde la Era Progresista, la política exterior americana ha sido testigo de una intervención militar tras otra, lo que ha tenido consecuencias desastrosas. El historiador Charles A. Beard comprendió los peligros y la futilidad asociados a estas políticas intervencionistas.
Aunque muchos historiadores afirman que la esclavitud fue la única causa de la Guerra Civil, pasan por alto el papel que desempeñaron los aranceles en la creación de las divisiones económicas y políticas entre el Norte y el Sur antes de que comenzara la guerra.
En el discurso de Gettysburg, Abraham Lincoln ofreció una interpretación de la Declaración de Independencia que reinterpretaba una declaración de secesión como una justificación para aplastar la secesión.
Mientras que Cantillon utilizó los efectos sobre la vida familiar para ilustrar la teoría monetaria, Degner se detiene en emplear una teoría monetaria sólida para rastrear los efectos sobre la familia.
El socialismo puede haber fracasado, como siempre lo hace, en Bolivia, pero eso, lamentablemente, no significa que el país se esté orientando hacia el libre mercado.
Al observar la triste situación actual del gobierno americano, nos preguntamos cómo hemos llegado a este punto. La presidencia de George H. W. Bush es un buen punto de partida.
Pocos entienden realmente por qué estas ciudades azules están plagadas de delincuencia.