Entendiendo la falacia Montaigne
Ahora que el mundo avanza cada vez más hacia el proteccionismo comercial y la guerra, conviene recordar el origen de las falacias en las que se basa este movimiento.
Ahora que el mundo avanza cada vez más hacia el proteccionismo comercial y la guerra, conviene recordar el origen de las falacias en las que se basa este movimiento.
Aunque el neoconservadurismo tal como lo conocemos tiene orígenes de EEUU, una de sus versiones está viva y coleando al sur de nuestra frontera. Por desgracia, el neoconservadurismo ha hecho incursiones en América Latina.
En su libro de 2006 The Wages of Destruction, el historiador de la Universidad de Columbia Adam Tooze explica la política de Hitler de buscar el lebensraum (espacio vital). Sin embargo, Ludwig von Mises ya explicó esa política en su Gobierno omnipotente de 1944.
Se utilizan varios índices para determinar la facilidad para hacer negocios en países de todo el mundo. No es sorprendente que las naciones que permiten la protección de la propiedad privada y gozan de libertad económica sean también las más prósperas.
Tras la condena de Donald Trump en Manhattan —un juicio espectáculo político, sin duda—, David Gordon analiza la obra de Danilo Zolo, Victor's Justice, que examina los juicios de Núremberg tras la Segunda Guerra Mundial.
Aunque nuestras autoridades legales tratan a los contrabandistas como criminales, en realidad son promotores de la libertad que suelen infringir leyes injustas. Los EEUU se fundó prácticamente sobre el contrabando.
Suiza es un país neutral desde hace unos quinientos años. Suecia también tiene una tradición de neutralidad, pero recientemente ha cambiado su postura, en su propio detrimento.
Los defensores de Israel actúan como si Netanyahu y sus aliados no hubieran tenido más remedio que reaccionar al 7 de octubre de la manera en que lo han hecho. Pero eso no es cierto.
Los políticos invocarán la venerable teoría de la guerra justa cuando crean que pueden manipular los hechos a su favor. En realidad, es raro el gobierno que participa en un conflicto justificado.
Las décadas de intervención americana y europea en África están llegando a su fin, y las cosas están aún peor para los intereses americanos allí. Quizá derrocar gobiernos e intentar dictar resultados políticos no fue una buena idea.