¿Qué ocurre en una economía mixta?
Siempre hay que elegir entre el principio de mercado y el principio hegemónico. No existe una tercera vía o término medio entre ambos, a menudo presentada como «economía mixta».
Siempre hay que elegir entre el principio de mercado y el principio hegemónico. No existe una tercera vía o término medio entre ambos, a menudo presentada como «economía mixta».
La ley antimonopolio se presenta como una respuesta a nuestra economía inflacionista. Por desgracia, como han señalado los austriacos, la ley antimonopolio no hace nada por fomentar la competencia y, de hecho, hace que la economía sea menos competitiva.
Irlanda sufre el mismo tipo de crisis inmobiliaria que ha afectado a los EEUU. No es sorprendente que las crisis en ambos países tengan su origen en la intervención gubernamental emprendida ostensiblemente para hacer la vivienda más asequible.
Böhm-Bawerk nos muestra que el estudio de la acción humana y de la economía en general va más allá del simple paradigma del mundo financiero y monetario. La economía está integrada en toda experiencia humana.
La obsesión infantil por comprar cosas que suele criticarse a la sociedad americana en torno a la Navidad es un resultado buscado de la política monetaria de nuestro Gobierno.
Una de las falacias económicas más populares de nuestro tiempo es la creencia de que la ausencia de un salario mínimo conduciría a una explotación ilimitada de los asalariados en la economía.
El mundo está inundado de burbujas de deuda, pero los políticos siguen gastando, lo que requiere aún más intervención de los bancos centrales —y más burbujas. Max Rangeley ha editado La era de las burbujas de deuda, que detalla los peligros a los que nos enfrentamos y cómo detenerla.
Un nuevo estudio de la Universidad de Berkeley afirma que el nuevo salario mínimo de 20 dólares de California no ha tenido efectos económicos adversos. Ojalá fuera cierto.
Cuando los agentes gubernamentales intervienen en la economía, lo hacen sin entender siquiera cómo funcionan los procesos de mercado en primer lugar. Esta falta de conocimiento empeora aún más las cosas, ya que los reguladores ni siquiera son conscientes del daño que están causando.
El totalitarismo no es compatible con un sistema económico funcional basado en el libre intercambio y la propiedad privada. Tales regímenes dependen del historicismo y del relativismo lógico.