No hay que reducir la deuda nacional. Basta con detener el gasto deficitario
Por ahora, lo primero que podemos hacer para que la deuda federal sea menos costosa y más manejable es dejar de aumentarla.
Por ahora, lo primero que podemos hacer para que la deuda federal sea menos costosa y más manejable es dejar de aumentarla.
En Understanding Liberal Democracy (Comprender la democracia liberal), Nicholas Wolterstorff ataca una escuela de pensamiento muy influyente de un modo que los libertarios encontrarán útil.
Europa Occidental ha estado en paz durante los últimos 80 años. Por desgracia, los dirigentes de la UE no han apreciado los beneficios de la paz y buscan fomentar la guerra. Los recuerdos de la Segunda Guerra Mundial han desvanecido, pero la UE parece decidida a crear nuevos malos recuerdos.
Los objetivos cambian continuamente (más bien saltan de falacia), pero hay que hacer frente a un posible objetivo de los aranceles —los aranceles para la protección del empleo nacional.
La última excusa que han esgrimido los defensores acérrimos de las políticas arancelarias del presidente Trump se encuentra ahora en ruinas.
Donald Trump dice que planea un gran aumento del 12% en el gasto militar, ha amenazado con una guerra con Irán y ha intensificado la guerra con los hutíes. Nada de esto tiene que ver con la defensa de los Estados Unidos.
Nos bombardean con afirmaciones de que el capitalismo causa desigualdad, pero ¿qué significa realmente? En realidad, en una economía de libre mercado, las diferencias de ingresos, incluso grandes, no significan gran cosa, ya que la mayoría de la gente tiene un alto nivel de vida.
Robert Higgs describió el «efecto trinquete» en el que el gobierno crea una crisis o responde a ella, lo que conduce a una expansión permanente del poder gubernamental. Una vez finalizada la crisis, el gobierno retrocede —pero no hasta el punto en que se encontraba antes de la crisis.
El fútbol universitario ha experimentado por fin una retención de un deportista para conseguir un pago esperado. En el caso de Nico Iamaleava, intentó conseguir más dinero de la Universidad de Tennessee, pero fracasó estrepitosamente. Hay lecciones económicas que aprender.
Cada vez parece más que este libro de jugadas sigue exactamente la misma historia que hemos presenciado durante todas las demás administraciones republicanas de los últimos cuarenta años.