Inseguridad social: no es errado preocuparse por los hechos
Seguridad Social está abocada a una reducción de las prestaciones, y ninguna retórica política, ni siquiera el aumento de los impuestos, resolverá el problema. Los números no mienten.
Seguridad Social está abocada a una reducción de las prestaciones, y ninguna retórica política, ni siquiera el aumento de los impuestos, resolverá el problema. Los números no mienten.
Año tras año, la caída de la oferta monetaria se mantiene en niveles de la Gran Depresión. En los últimos seis meses, sin embargo, la oferta monetaria total se ha estabilizado, lo que sugiere que la liquidez es mucho más abundante de lo que las palomas de la inflación nos quieren hacer creer.
Las élites políticas y económicas predijeron un escenario catastrófico cuando Trump fue elegido en 2016, pero la realidad de su presidencia no se acercó a la retórica apocalíptica que la acompañó.
Antes de que existieran otros tipos de cuotas de admisión en las universidades, había cuotas judías. Jane L. Johnson escribe sobre los días en que era una estudiante de Acción Afirmativa de la Costa Oeste para universidades del Este.
Ningún régimen estatal es un negocio ni tiene un modelo de negocio. Los verdaderos negocios se basan en el libre intercambio voluntario con los clientes. Los Estados se basan en la violencia y la coacción.
Walter Block y Alan Futerman afirman que «ser antisionista es estar en contra de todo el concepto de propiedad privada» y «equivale a negar los derechos básicos de la propiedad privada en sentido amplio».
A los economistas les gusta afirmar que emplear datos y análisis estadísticos es en realidad «hacer economía». No, están «haciendo datos» y nada más. La verdadera economía emplea teorías reales que explican los fenómenos económicos.
Cuando Adam Smith y los clásicos ingleses promovieron la división del trabajo como el ingrediente más importante del desarrollo económico, hicieron falta Carl Menger y sus sucesores austriacos para señalar ese error y promover la adecuada teoría económica de la producción.
Tras el colapso financiero de hace quince años, algunos países pusieron límites estrictos a la acumulación de deuda pública. A pesar de los gritos de que esto perjudica las oportunidades de inversión, los «frenos a la deuda» han funcionado bien.
La ley internacional moderna tiende a conceder el derecho a la «autodeterminación reparadora» sólo en casos extremos. Desafortunadamente, esta postura acepta que los Estados deben ser libres de violar los derechos humanos siempre que los abusos no lleguen a ser crímenes de guerra ni genocidio.