Cómo el capitalismo derrota al racismo
Al apelar al interés propio de compradores y vendedores, el capitalismo frustra los intentos de los legisladores de crear límites raciales al intercambio voluntario. El capitalismo socava el racismo.
Al apelar al interés propio de compradores y vendedores, el capitalismo frustra los intentos de los legisladores de crear límites raciales al intercambio voluntario. El capitalismo socava el racismo.
Los críticos del capitalismo afirman que la empresa privada da a los trabajadores la triste opción de trabajar en empleos difíciles y mal pagados o directamente morirse de hambre. Esta afirmación es falsa y la historia del capitalismo cuenta una historia diferente.
Contrario a lo que dicen las élites políticas, mediáticas y académicas, el capitalismo mejora la vida de la gente corriente. El socialismo recibe una publicidad favorable, pero fracasa allí donde se implanta.
Las élites políticas y académicas han logrado convencer al público de que debe temer a la empresa privada. Sin embargo, la gente realmente debería temer a un gobierno fuera de control.
Historiadores, periodistas y políticos progresistas afirman que la Revolución Industrial y el crecimiento de la industria trajeron pobreza y explotación a los trabajadores americanos. La verdad es muy distinta, aunque rara vez se escuche
Los progresistas afirman que los lucros son una transferencia injusta de riqueza de los pobres a los ricos. En realidad, los empresarios obtienen lucros dirigiendo recursos de usos menos valorados a usos más valorados para satisfacer las necesidades de los consumidores.
Aunque los conservadores y los seguidores de la economía austriaca suelen tener mucho en común, muchos conservadores están en contra del libre comercio y el libre intercambio. Los austriacos tienen que explicar cuidadosamente por qué esas creencias son perjudiciales.
Ludwig Von Mises dio seis conferencias en 1959 en Buenos Aires, Argentina, en las que «habló en términos no técnicos adecuados para su públic
Los mercados libres en la agricultura socavaron los intentos de los gobiernos comunistas de colectivizar la agricultura. Se puede asestar un golpe al control estatal simplemente cultivando un jardín.
Reseñando Reconsidering Reparations de Olúfẹ́mi O. Táíwò, David Gordon y Wanjiru Njoya señalan las numerosas falacias del libro y la falta de una teoría coherente de la justicia por parte del autor.