Rothbard sobre la libertad y el libre albedrío
Los igualitaristas modernos restan importancia a la idea del libre albedrío, alegando que éste sólo es relevante si los individuos no tienen interferencias en sus elecciones.
Los igualitaristas modernos restan importancia a la idea del libre albedrío, alegando que éste sólo es relevante si los individuos no tienen interferencias en sus elecciones.
La economía dominante moderna basa sus teorías en el utilitarismo. Murray Rothbard, por su parte, consideraba que el derecho económico se basaba en la ley natural. Además, rechazaba el positivismo jurídico de nuestra época, y volvía a atenerse a la ley de la naturaleza.
David Gordon reseña el nuevo libro de J.W. Rich, Praxeological Ethics: An Inquiry into the Nature and Foundation of Ethics y encuentra muchos aspectos positivos en este volumen.
La simple tautología de que los individuos actúan no es trivial, a pesar de lo que puedan decir los críticos de la economía austriaca. Como señaló Mises, la acción humana está directamente relacionada con la capacidad de los seres humanos para razonar.
En la época actual, la conservación de la naturaleza se considera una actividad a la que el Estado puede atribuir poderes. Sin embargo, solo si comprendemos la praxeología podremos llevar a cabo una conservación eficaz.
Las leyes económicas representan el mundo real. No son ideologías ni objetos de culto. Estas leyes no son el producto de una lista de deseos ideológicos, sino que explican la producción y el intercambio.
La acción humana no es producto de nuestra imaginación ni una construcción social. La praxeología describe acciones reales e intencionadas de personas que actúan en función de lo que saben o creen que es cierto.
Los utópicos no se conforman con imponer la DEI a los humanos. También quieren que el Estado trate a los animales como minorías «oprimidas» con derechos positivos.
Mientras que F.A. Hayek veía la ignorancia humana como la base de lo que él llamaba orden espontáneo, Ludwig von Mises veía la razón humana como la base de la praxeología.
Las élites socialistas que dominan nuestras instituciones insisten en que la propiedad privada no es más que una construcción social sostenida por la violencia. Como de costumbre, no entienden que la propia escasez, que es la base de la economía, es también la base de la propiedad privada.