Mises Wire

Repensando la sociología con Mises

Listen to this article • 12:03 min

¿Cómo sería la sociología si sus practicantes tomaran en serio a Mises, Hayek y Rothbard?

En «Toward an Austro-Libertarian Sociology» (Hacia una sociología austro-libertaria), —publicado recientemente en el American Journal of Economics and Sociology (marzo de 2025) —establezco las bases de una alternativa a la ortodoxia sociológica imperante —una alternativa que rechaza los supuestos colectivistas y vuelve a centrarse en la acción humana, la cooperación voluntaria y el orden espontáneo.

En el mundo actual, la intervención del Estado no es sólo una opción política —es la configuración por defecto de la vida moderna. Desde los subsidios y las regulaciones hasta los programas de bienestar y la censura, la interferencia del gobierno da forma a todo, desde nuestra actividad económica hasta nuestro comportamiento diario. Sin embargo, a pesar de esta omnipresencia, una disciplina ha guardado un extraño silencio al respecto: la sociología.

La sociología dominante ha abrazado durante mucho tiempo supuestos colectivistas, presentando a menudo al Estado como una fuerza benévola y al capitalismo como un problema a resolver. Si bien esto puede haber parecido inofensivo alguna vez, hoy obstaculiza nuestra capacidad de comprender —y desafiar— los sistemas coercitivos que dominan nuestras vidas. En respuesta, propongo un nuevo marco: La sociología austro-libertaria.

Enraizado en la Escuela Austriaca de Economía y en el pensamiento liberal clásico, este enfoque sociológico se centra en la acción individual, la cooperación voluntaria y el orden espontáneo que surge cuando las personas son libres. Se inspira en pensadores como Ludwig von Mises, Friedrich Hayek, Murray Rothbard y Hans-Hermann Hoppe —pero también en sociólogos como Max Weber, Alexis de Tocqueville y Raymond Boudon, que subrayaron la importancia de la responsabilidad personal, la sociedad civil y el individualismo metodológico.

Este artículo esboza el núcleo de este campo emergente: sus principios, sus métodos y por qué es hoy más importante que nunca.

El punto ciego de la sociología contemporánea

La sociología —que alguna vez fue una poderosa herramienta para entender la experiencia humana— ha sido secuestrada por narrativas estatistas y colectivistas. Desde la propagación de ideologías «woke» hasta la normalización de la burocracia y la cultura victimista, la disciplina ha abandonado en gran medida su función crítica. En muchas instituciones académicas, cuestionar el papel del Estado es tabú.

Pero a medida que crece la frustración pública con las extralimitaciones del gobierno —desde las protestas por los cierres patronales y las revueltas fiscales hasta el ascenso de figuras políticas outsiders como Javier Milei—, se hace evidente que necesitamos una forma mejor de analizar cómo reaccionan las sociedades ante la coerción del Estado.

¿Dónde está el marco sociológico que explica cómo la gente se resiste, se adapta o elude el poder del Estado? ¿Dónde están los sociólogos que estudian la cooperación espontánea, la desobediencia civil o el surgimiento de instituciones paralelas? Aquí es donde entra en juego la Sociología Austro-libertaria.

La acción humana como fundamento 

En su núcleo, la Sociología Austro-libertaria se construye sobre una idea poderosa: los individuos actúan. Esto puede sonar obvio, pero en la sociología dominante es una afirmación radical. Muchas de las teorías predominantes ven en a las personas como productos pasivos de las estructuras —raza, clase, género, ideología— en lugar de como agentes con propósito capaces de elegir, ser creativos y resistir.

Inspirado en la praxeología de Mises, este enfoque considera a los seres humanos no como marionetas del sistema, sino como actores que toman decisiones basadas en valores subjetivos. Estas elecciones, cuando se agregan, forman instituciones, normas y órdenes sociales, y no al revés. En lugar de tratar a la «sociedad» como una máquina gigante o un organismo moral, la sociología austro-libertaria la ve como la suma de innumerables interacciones individuales, que evolucionan con el tiempo a través del ensayo, el error y la adaptación.

Cinco campos de investigación

Para hacer operativo este enfoque, propongo centrarse en cinco ámbitos clave, cada uno correspondiente a un valor austriaco/libertario fundamental:

  1. Sociología de la acción humana: ¿Cómo se desenvuelven los individuos en entornos coercitivos? ¿Cómo innovan, resisten o cooperan cuando se enfrentan a restricciones burocráticas o ideológicas?
  2. Sociología del capitalismo de libre mercado: ¿Cómo se representa el capitalismo en la educación, los medios de comunicación y la legislación? ¿Se ve como una fuente de empoderamiento —o como el chivo expiatorio de todos los problemas sociales?
  3. Sociología de los derechos de propiedad: ¿Cómo enmarcan las distintas sociedades la propiedad, el espíritu empresarial y la creación de riqueza? ¿Qué ocurre cuando se ignoran o politizan los derechos de propiedad?
  4. Sociología de la libertad contractual: ¿Hasta qué punto son libres los individuos de celebrar acuerdos sin la interferencia del Estado? ¿Cómo protegen —o socavan— los contratos las instituciones actuales?
  5. Sociología de la competencia natural: ¿Cómo percibe la gente la competencia? ¿Se la demoniza por despiadada o se la entiende como motor de innovación, descentralización y prosperidad?

Estos cinco ámbitos proporcionan una hoja de ruta para comprender el impacto social del intervencionismo —y la fuerza oculta de los órdenes descentralizados.

Doce nuevos conceptos para el siglo XXI

Para ayudar a analizar cómo las personas se adaptan a la coerción o se resisten a ella, he desarrollado doce conceptos que captan patrones clave de la vida moderna:

  1. Síndrome de Dependencia del Estado (SDS): Una mentalidad en la que la gente busca reflexivamente soluciones en el gobierno, perdiendo la fe en su propia iniciativa o en las soluciones del mercado.
  2. Agencia adaptativa: Las formas creativas en que las personas se adaptan a los sistemas coercitivos, como mudarse al extranjero, cambiar a la educación en casa o utilizar criptomonedas para eludir los controles financieros.
  3. Equilibrio coercitivo: Un statu quo social en el que todo el mundo acepta el control estatal como algo normal —incluso deseable.
  4. Redes de resistencia espontáneas: Grupos informales e instituciones paralelas que surgen en respuesta a las extralimitaciones del Estado (por ejemplo, mercados negros, escuelas alternativas, redes de ayuda mutua).
  5. Fatiga reguladora: El agotamiento causado por la regulación constante, que conduce a la desvinculación o la apatía.
  6. Subversión cooperativa: Cuando las personas unen sus fuerzas para subvertir o eludir las normas de forma pacífica y productiva (por ejemplo, DeFi, proyectos de código abierto).
  7. Capitalismo de vigilancia intervencionista: La fusión del poder estatal y los monopolios digitales para controlar, predecir y manipular el comportamiento individual.
  8. Ingeniería lingüística estatal: La manipulación del lenguaje por parte del Estado para remodelar la realidad (por ejemplo, mandatos de discurso inclusivo, unidades antidesinformación).
  9. Demanda educativamente programada: Demanda artificial de ideas, servicios o profesiones patrocinadas por el Estado y creadas por la educación pública.
  10. Estrategia de asociación pública peligrosa: Táctica por la que se tacha a los disidentes de peligrosos para deslegitimarlos (por ejemplo, «anticiencia», «extremista»,  «teórico de la conspiración»).
  11. Colectivismo a cámara lenta: La expansión sigilosa del Estado a través de crisis, regulaciones e ingeniería cultural —sin llamarlo nunca «colectivismo».
  12. Divisiones artificiales: El uso político de la identidad y el conflicto de grupo para dividir a la población e impedir la resistencia unificada.

Estos conceptos ayudan a explicar no sólo lo que hace el Estado, sino cómo responde la gente.

Métodos empíricos para la investigación en el mundo real

La sociología austro-libertaria no es sólo teórica —también es empírica. Anima a los investigadores a utilizar métodos cualitativos (entrevistas, etnografías, estudios de caso) para entender cómo la gente construye alternativas al poder del Estado. Por ejemplo:

  • ¿Cómo afrontan las familias una escolarización obligatoria que consideran inadecuada?
  • ¿Por qué huyen los empresarios de los países con altos impuestos —y cómo se reconstruyen en el extranjero?
  • ¿Qué motiva a la gente a unirse a economías sumergidas o comunidades criptográficas?

También apoya los métodos cuantitativos cuando resulta apropiado: el seguimiento del aumento de la educación en casa, la expansión de los mercados negros o los cambios en la confianza pública en las instituciones gubernamentales. No se trata de copiar la obsesión de la sociología dominante por los datos, sino de utilizar pruebas del mundo real para enriquecer nuestra comprensión de cómo la libertad sobrevive —y a veces prospera— a pesar del control estatal.

Hacia una sociología de la libertad

¿Por qué es importante?

En la actualidad, nuestras sociedades están experimentando una transformación silenciosa. Crisis como la de los cohetes han normalizado los poderes extraordinarios del gobierno; la vigilancia se ha convertido en rutina; el lenguaje de la libertad ha sido sustituido por el lenguaje de la «seguridad», la «inclusión» y la «equidad» —términos a menudo cooptados por el Estado para justificar su expansión. Mientras tanto, la sociología dominante ofrece poca resistencia. Por el contrario, a menudo actúa como animadora del Estado, empaquetando la planificación central como «justicia» y el control burocrático como «cuidado».

La Sociología Austro-libertaria pretende cambiar esto. Hace un llamamiento a una nueva generación de académicos, investigadores y pensadores dispuestos a revisar viejos supuestos, desafiar el pensamiento ideológico de grupo y devolver al individuo —actuando, adaptándose y cooperando libremente— al centro de las ciencias sociales.

Pero no se trata sólo de investigación. Se trata de cultura. La sociología sigue siendo una de las disciplinas más populares, controvertidas y culturalmente influyentes de las humanidades y las ciencias sociales. Moldea la forma en que las generaciones piensan sobre el poder, la libertad, la justicia y la sociedad. Si la abandonamos a dogmas colectivistas, perdemos la narrativa. Si la recuperamos, abrimos un nuevo frente en la batalla de las ideas. No se trata sólo de entender la sociedad. Se trata de recuperarla.

image/svg+xml
Image Source: Adobe Stock
Note: The views expressed on Mises.org are not necessarily those of the Mises Institute.
What is the Mises Institute?

The Mises Institute is a non-profit organization that exists to promote teaching and research in the Austrian School of economics, individual freedom, honest history, and international peace, in the tradition of Ludwig von Mises and Murray N. Rothbard. 

Non-political, non-partisan, and non-PC, we advocate a radical shift in the intellectual climate, away from statism and toward a private property order. We believe that our foundational ideas are of permanent value, and oppose all efforts at compromise, sellout, and amalgamation of these ideas with fashionable political, cultural, and social doctrines inimical to their spirit.

Become a Member
Mises Institute