Recetas con Rothbard: lo que un pastel de chocolate puede enseñarnos sobre economía
Al estudiar praxeología, algo tan trivial como la receta de un pastel de chocolate puede convertirse en una forma de enseñarnos mejor la economía austriaca.
Al estudiar praxeología, algo tan trivial como la receta de un pastel de chocolate puede convertirse en una forma de enseñarnos mejor la economía austriaca.
Si bien es cierto que no se puede crear emprendedores en un aula, sigue siendo importante que la gente comprenda cómo funciona el emprendimiento. Nadie explica mejor el emprendimiento que los economistas austriacos.
La inteligencia artificial, a pesar de todo el alarmismo que se está generando, no es más que una herramienta que, si se aplica en un entorno de libre mercado, fortalecerá nuestra economía en lugar de debilitarla.
Los economistas keynesianos suelen afirmar que los superávits presupuestarios del gobierno equivalen al «ahorro nacional». Sin embargo, el ahorro real se utiliza para impulsar el desarrollo del capital, y los superávits del gobierno no tienen nada que ver con la estructura de la producción.
Jesús Huerta de Soto ha publicado una serie de conferencias sobre economía austriaca, y el Dr. David Gordon, en Friday Philosophy, reseña su obra Lectures in Austrian Economics, volumen 1. El Dr. Gordon está especialmente interesado en cómo aborda De Soto el tema del tiempo.
Crear una serie de películas, un programa de televisión o un videojuego de éxito es un fenómeno que no solo surge sin previo aviso, sino que también puede surgir en lugares inesperados, o no surgir donde se pretende. La economía austriaca ofrece algunas ideas clave al respecto.
La economía convencional es determinista, ya que sostiene que los agentes económicos sigan avanzando en una dirección, sin responder a los cambios en circunstancias económicas o incentivos. Los austriacos entienden que la economía trata sobre personas que realizan acciones con propósitos.
Los profesores universitarios han descubierto de repente el emprendimiento y lo están enseñando en sus clases. Sin embargo, aunque se trata de un tema interesante, no se puede enseñar a alguien cómo ser un emprendedor de éxito.
En cualquier sociedad hay ganadores. Pero, ¿cómo ganan? Los empresarios exitosos innovan, asumen riesgos y satisfacen las necesidades de los consumidores en un mercado competitivo.
Las mayores innovaciones no surgen de una lista de comprobación, sino de la obsesión por comprender algo que otros pasan por alto.