Despotismo blando y libertad sagrada: Raico, Tocqueville y la tradición liberal
No se puede preservar una sociedad libre simplemente mediante reformas legales o desregulación económica. Hay que formar ciudadanos capaces de vivir en libertad.
No se puede preservar una sociedad libre simplemente mediante reformas legales o desregulación económica. Hay que formar ciudadanos capaces de vivir en libertad.
Según la «economía» keynesiana, los recortes de los tasas de interés de los bancos centrales fortalecerán la economía —a menos que ésta se encuentre en una «trampa de liquidez». La verdad es que este tipo de trucos monetarios en realidad debilitan la economía.
El principio de la Navaja de Occam establece que debemos evitar las actividades superfluas. Sin embargo, cuando se trata de nuestro sistema monetario, el Sistema de la Reserva Federal no simplifica las cosas, sino que complica la economía. Por sí sola, esta es una razón para abolirla.
En febrero, la tasa de crecimiento de la oferta monetaria se aceleró y continuó cerca de su nivel más alto en dos años. Mientras tanto, la Fed se acobarda en sus esfuerzos por reducir su balance.
A la gente le gusta creer que la defensa nacional está fuera del análisis económico, pero la realidad es que las leyes de la economía son inmutables y universales. Un ejemplo de ello es el desarrollo del avion de combate F-35 Lightning II.
Dado que muchos miembros de las clases dirigentes reaccionan violentamente ante DOGE, uno se imagina que Elon Musk podría estar en el buen camino. Podría aprender mucho más sobre la mano muerta del gobierno si leyera a Ludwig von Mises.
Desde Paul Ehrlich a Bill Gates, destacados americanos han pronosticado el desastre por la «superpoblación». Aunque el Gran Desastre Demográfico nunca se ha producido, eso no disuade a los sospechosos habituales de poner el grito en el cielo.
En una sociedad libertaria, las personas son libres de actuar siempre que sigan un principio de no agresión. Pero, ¿puede una sociedad libertaria adoptar una idea del bien común? En su libro Friday Philosophy, David Gordon aborda esta cuestión.
Lejos de ser una verdadera medida de la salud económica, el PIB es una estadística económica engañosa que da a entender que el gasto de los consumidores y del gobierno hace crecer la economía. Cuando el gobierno gasta, el PIB aumenta.
El gobierno federal no se hizo cargo de la política de inmigración hasta la década de 1880. A principios de la república, casi todo el mundo estaba de acuerdo en que la política de inmigración era competencia de los estados.