¿Está yendo América hacia la estanflación?
Ryan y Tho se reúnen con Peter St. Onge, miembro visitante de la Fundación Heritage, para debatir el estado y la trayectoria de la economía americana.
Ryan y Tho se reúnen con Peter St. Onge, miembro visitante de la Fundación Heritage, para debatir el estado y la trayectoria de la economía americana.
En 1959, Ludwig von Mises dio unas conferencias sobre economía en Argentina, donde la economía estaba en franca decadencia. En los 1920, Argentina era uno de los países más ricos del mundo, pero décadas de peronismo e inflación iniciaron el largo camino hacia la pobreza.
Como tantos otros lugares donde los políticos prometen algo a cambio de nada, Argentina ha impuesto controles de alquiler en nombre de la «vivienda asequible». El presidente Milei está haciendo lo que puede para derogar estas políticas.
Mientras los tipos de interés artificialmente bajos dañan la economía, los progresistas del Congreso exigen más de lo mismo. En lengua vernácula, quieren que la economía «tome el pelo al perro que los mordió». Por supuesto, esto sólo empeora las cosas a largo plazo —que es donde estamos hoy.
En este episodio de Radio Rothbard, Ryan y Tho se unen a Karl-Friedrich Israel para discutir las condiciones económicas en Europa.
Aunque el gobierno mide oficialmente la inflación utilizando medias ponderadas incorporadas al Índice de Precios al Consumidor, en realidad es imposible establecer un nivel medio de precios. Es como comparar manzanas con naranjas.
En su reciente discurso sobre el Estado de la Unión, el presidente Biden acusó a la empresa privada de lo que él llama «reduflación» y «codiciaflación». Si quiere saber quién es el responsable de este fenómeno, debería mirarse en el espejo.
Aunque Vivek Ramaswamy no tuvo éxito en su candidatura a las primarias presidenciales Republicanas, al menos contribuyó a desmitificar la Reserva Federal. No es la retórica política habitual que recibe el público.
Una emisión reciente de la CNN afirmaba que la deflación era mala para la economía y que debíamos adaptarnos a precios más altos. Como de costumbre, los «expertos» periodísticos lo entendieron al revés.