Banqueros, orígenes de la Fed y Primera Guerra Mundial
La Primera Guerra Mundial fue decisiva para impulsar la influencia de ese hijo del progresismo y el corporativismo de Wall Street: el Sistema de la Reserva Federal.
La Primera Guerra Mundial fue decisiva para impulsar la influencia de ese hijo del progresismo y el corporativismo de Wall Street: el Sistema de la Reserva Federal.
En este episodio, Ryan McMaken analiza cómo los rituales domésticos y comerciales de la festividad de Acción de Gracias son cosas que a los comunistas realmente no les gustan.
En un acto escandaloso, el presidente pato cojo Joe Biden da permiso a Ucrania para disparar misiles de fabricación de EEUU contra la propia Rusia. Dada la declaración del presidente Putin de que este ataque es un acto de guerra contra Rusia, las acciones de Biden son claramente temerarias.
Una de las partes más polémicas de la historia de la Guerra Civil americana es la cuestión de si los negros del sur sirvieron como soldados en el ejército confederado. Aunque el número de soldados confederados negros no era igual al de sus homólogos del norte.
Desde 1956, pocos candidatos presidenciales han conseguido más del 51% de los votos en las elecciones nacionales.
Aunque a menudo se enmarca en los medios como una batalla entre conservadores con principios y un movimiento furioso, no ideológico, centrado únicamente en la lealtad personal a Trump, la actual guerra civil en la derecha de EEUU es solo el último capítulo de una historia mucho más antigua.
El revisionismo histórico no es nada nuevo, y los recientes intentos de etiquetar un enfoque «antirracista» de la historia han sido calificados erróneamente de «revisionistas».
Los progresistas modernos están obsesionados con la culpa colectiva, exigiendo que los americanos paguen reparaciones por la esclavitud a pesar de que ésta terminó en los EEUU hace 160 años.
Durante casi 30 años, la Fed ha aplicado una política de dinero fácil que ha hecho que la economía dependa cada vez más de la siguiente ronda de «estímulos». Revertir esa política significará, mínimo a corto plazo, una recesión antes de que la economía se recupere, lo que hoy es imposible.
Los aranceles no sólo aumentan los precios al consumo. También afectan a los flujos de capital y, en numerosas ocasiones, han desencadenado crisis bursátiles. Lo que los aranceles no traen es prosperidad.