Sólo Bitcoin y el oro pueden impedir que los gobiernos destruyan la moneda
El bitcoin y el oro están desempeñando ahora el papel esencial que deberían estar ejerciendo los bancos centrales.
El bitcoin y el oro están desempeñando ahora el papel esencial que deberían estar ejerciendo los bancos centrales.
La creencia económica dominante es que una economía en crecimiento necesita una oferta monetaria creciente para garantizar la «estabilidad de los precios». Sin embargo, los economistas austriacos creen que no existe una oferta monetaria «óptima».
Una economía de libre mercado no genera puestos de trabajo ni dinero. En cambio, crea riqueza a través del intercambio y la producción. La intervención gubernamental, contrariamente a lo que creen los economistas convencionales, no aumenta la riqueza, sino que la destruye.
Los enredos monetarios de los bancos centrales, tanto en Europa como en los EEUU, ya no pueden ignorarse ni encubrirse. Desgraciadamente, a medida que sus economías se tambaleen, la Fed y el BCE recurrirán a aún más artimañas financieras para encubrir las tonterías monetarias anteriores.
Según la «economía» keynesiana, los recortes de los tasas de interés de los bancos centrales fortalecerán la economía —a menos que ésta se encuentre en una «trampa de liquidez». La verdad es que este tipo de trucos monetarios en realidad debilitan la economía.
En las clases de historia americana se suele enseñar que el ferrocarril transcontinental original fue un gran triunfo. Lo que no dicen es que fue un producto del bienestar corporativo que creó problemas económicos más adelante.
La creencia en el cuento de hadas conocido como Teoría Monetaria Moderna no sólo es endémica en los círculos académicos y gubernamentales en EEUU, sino que también se está abriendo paso en Gran Bretaña. Nos vemos obligados a aprender de nuevo las lecciones de la inflación.
Parece que los dirigentes de la UE han decidido una nueva oleada de gastos militares. Para pagarlo, la UE emitirá nueva deuda bélica que se sumará a su elevado endeudamiento actual.
Hace más de un siglo, el Congreso creó el Sistema de la Reserva Federal para intervenir en la economía americana. Ni siquiera los mayores críticos de la creación del banco central podrían haber predicho los desastres económicos que provocó.
Ryan McMaken y Kristoffer Hansen, economista y miembro del Instituto Mises, discuten qué habría ocurrido si el presidente argentino Javier Milei hubiera cerrado inmediatamente el banco central del país. Lo mismo puede decirse de cualquier otro banco central.