Esta semana la Corte Suprema dictaminó que el gobierno federal puede mantener en secreto los totales de las ventas de sellos de alimentos de las tiendas de comestibles. Por una votación de 6 a 3, el tribunal decidió que dichos registros comerciales están exentos de divulgación en virtud de la ley federal de libertad de información (FOIA, por sus siglas en inglés). Este caso, iniciado hace ocho años por Argus Leader (miembro de la red USA Today), es otro hito en la ocultación de datos federales del pueblo estadounidense.
La corte confirmó el secreto de los datos de las ventas al por menor a pesar de que no había pruebas de que esa divulgación pudiera perjudicar a nadie. El editor de noticias de Argus Leader, Cory Myers, calificó la decisión como «un golpe masivo al derecho del público a saber cómo se están gastando sus impuestos y quién se está beneficiando».
Las controversias sobre el programa de cupones de alimentos se han multiplicado como evidencia acumulada que revela que el programa es un desastre de salud pública. Un estudio de 2017 publicado en BMC Public Health encontró que los beneficiarios de cupones de alimentos tenían el doble de probabilidades de ser obesos que los no beneficiarios elegibles. Esto confirma un informe del USDA del 2015 que reveló que los beneficiarios de cupones de alimentos tienen más probabilidades de ser obesos que los no beneficiarios elegibles (40% vs. 32%). Pero los federales han buscado consistentemente limitar la información pública sobre el programa.
Los partidarios de los cupones de alimentos y los minoristas de alimentos ayudaron a bloquear una propuesta del Congreso de 2013 para revelar cómo los beneficiarios gastan realmente los cupones de alimentos. Una encuesta limitada del USDA publicada en 2016 indicó que las bebidas endulzadas con azúcar son los artículos en los que los beneficiarios de los cupones de alimentos gastan más dinero, pero abrir los datos de ventas a nivel nacional para revelar qué es lo que la gente compra en todo el país haría mucho más para estimular la reforma de los cupones de alimentos y dejar de subsidiar la comida chatarra.
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