El problema del consumismo en América es culpa del gobierno
La obsesión infantil por comprar cosas que suele criticarse a la sociedad americana en torno a la Navidad es un resultado buscado de la política monetaria de nuestro Gobierno.
La obsesión infantil por comprar cosas que suele criticarse a la sociedad americana en torno a la Navidad es un resultado buscado de la política monetaria de nuestro Gobierno.
El presidente electo Donald Trump ha declarado que aumentará los aranceles en su primer día de mandato. Sin embargo, nuestra economía no necesita obstáculos al comercio creados por el Gobierno. En su lugar, necesitamos libre intercambio y dinero sano.
Una de las falacias de los economistas monetarios es que una economía en crecimiento necesita una oferta creciente de dinero para evitar la deflación. Sin embargo, como señalan los austriacos, no existe una cantidad «óptima» de dinero en la economía, ya que los precios se ajustan.
En respuesta a un artículo de Frank Shostak, Douglas French escribe que si un aumento de la oferta de oro conduce en última instancia a una expansión del crédito bancario, eso es suficiente para iniciar los ciclos de auge-caída, incluso si no hay un banco central que acelere el proceso.
La Reserva Federal sigue siendo el socio no tan silencioso del temerario plan de gasto deficitario del Gobierno. Mientras la Fed intenta forzar a la baja los intereses, los rendimientos de los bonos de EEUU suben, ya que los mercados reconocen estas políticas bifurcadas.
La Reserva Federal dice que puede manipular la oferta monetaria para garantizar la «estabilidad de precios». Esto empeora los ciclos de auge-caída y socava la economía.
Hemos llegado a este punto: los guardianes gubernamentales del dinero ni siquiera entienden qué es el dinero ni por qué la inflación es perjudicial. Para ellos, la verdadera amenaza para la economía es la «deflación».
La mayoría estamos familiarizados con la Ley de Gresham, debemos recordar que no significa que se prefiera el dinero malo al bueno. Por el contrario, se refiere a una situación en la que el gobierno obliga a que el dinero inferior y superior tengan legalmente el mismo valor nominal.
Nigeria tiene grandes yacimientos de petróleo, gente instruida y mucho potencial económico. Sin embargo, gracias a la intervención del gobierno, la prometedora economía nigeriana está en ruinas y no hay alivio a la vista.