Donald Trump le dijo a Dasha Burns, de Politico, que le da a la economía de los EEUU una A+++++. Publicó en Truth Social: «¿Cuándo se me reconocerá el mérito de haber creado, sin inflación, quizás la mejor economía de la historia de nuestro país?». Herbert Hoover tenía la misma opinión en 1930.
En su libro 1929, Andrew Ross Sorkin señala que Hoover aprovechaba todas las ruedas de prensa para convencer a la gente de que la economía tras la crisis era mejor de lo que pensaban. «El principal problema era psicológico», según Hoover, escribe Sorkin. Hoover dijo que la altísima tasa de desempleo del 16 % era engañosa. Trump lo habría calificado de «bulo», al igual que califica de bulo la continua inflación de los precios. Cuando Trump dice que los niños no necesitan 37 lápices o 37 muñecas para Navidad, me viene a la mente Jimmy Carter diciéndonos que bajemos el termostato.
A pesar de la calificación A+... que le da a la economía, en una entrevista con el Wall Street Journal, Trump dijo que las tasas del próximo año deberían ser «del 1 % y tal vez incluso más bajas». Dijo: «Deberíamos tener la tasa más baja del mundo».
Imitando a Richard Nixon, dijo que quienquiera que sea el presidente de la Fed debería consultarle sobre las tasas de interés. «Normalmente, eso ya no se hace. Antes se hacía de forma rutinaria. Debería hacerse», dijo Trump. «Eso no significa —que no creo que deba hacer exactamente lo que le digamos. Pero sin duda somos... —yo soy una voz inteligente y se me debería escuchar».
Evidentemente, Trump no es capaz de atar cabos entre la última vez que los tipos se situaron por debajo del 1 % y la tasa de inflación anual del 9,1 %.
Ludwig von Mises vio venir los deseos de Trump hace mucho tiempo, cuando escribió en Acción humana: «La fingida solicitud por el bienestar de la nación, por el público en general y por las masas pobres e ignorantes en particular era una mera cortina de humo. Los gobiernos querían inflación y expansión crediticia, querían auges y dinero fácil». Los gobiernos siguen queriéndolo.