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La larga historia del comercio y los mercados en África

Las reformas de mercado en África pueden verse frustradas por la propaganda que afirma que los mercados son una importación occidental. A pesar de la vigencia de esta creencia, es claramente absurda. Los mercados florecieron en África antes del colonialismo, y dondequiera que se repriman, el resultado es la inmiseración social, como señala el economista William Hutt en su estudio pionero, The Economics of the Colour Bar. Los comerciantes del África precolonial organizaban redes comerciales a gran escala que abarcaban varias regiones.

Según Alberta O.Akrong (2019), la diversidad del comercio africano que se realizaba por tierra y por vías navegables mejoraba la accesibilidad del continente a los recursos estratégicos. Al igual que en otros lugares, en el África precolonial, los africanos diseñaron mecanismos para permitir el comercio. En su investigación, Gareth Austin documenta una letanía de instituciones de este tipo, entre las que se encuentran las facilidades de crédito rotativo y las sociedades secretas. Al relatar la primacía de los mercados en el África Occidental precolonial, ofrece un relato cautivador de las redes comerciales:

Entre las diásporas hausas que realizaban la mayor parte del comercio de larga distancia de la mitad oriental de África Occidental, las caravanas comerciales se desplazaban entre los mercados, en los que los itinerantes se alojaban con los propietarios del mismo grupo étnico, que les presentaban a los socios comerciales locales y, en general, les ayudaban a hacer contratos. También había créditos entre los miembros de la misma diáspora: el «riesgo moral» se reducía por la pertenencia común. También se reducía por la religión común, que en el caso de las diásporas hausas... era el Islam.

La etnia y la religión ocupaban un lugar destacado como palancas del comercio en el África precolonial. Por ejemplo, a diferencia de los Hausas, que profesaban el Islam, la comunidad Aro empleaba la religión indígena como herramienta para legitimar el comercio. Es innegable que los mercados eran cruciales en el África precolonial, pero se admite fácilmente que no estaban respaldados por una confianza impersonal. Los acuerdos en el África precolonial reflejan lo que los economistas describen como «confianza limitada». Debido a la escasa confianza de los grupos externos, la expansión del comercio a través de las redes era una empresa factible pero difícil.

Normalmente, el comercio intertribal requería la supervisión de los jefes tribales para garantizar la probidad de las transacciones. Sin embargo, en promedio, el comercio en el África precolonial estaba descentralizado. Sócrates Majune y Davis Kimuli Mwania, en el artículo «On the Economic Thought of Trade Practices and Policies in Kenya» captan con agudeza la disposición liberal del comercio en la Kenia precolonial: «En Kenia, durante los siglos XVIII y XIX, aparte del comercio de trueque entre comunidades, se practicaba el comercio a larga distancia entre los mijikenda, kamba, taita y waata con los swahili, los árabes y los waata a través de la línea costera del océano Índico. No existía entonces ninguna política formal debido a la descentralización de las comunidades y a la falta de una regla soberana que pudiera imponer una política global».

De hecho, puede sorprender a muchos que en el África precolonial la injerencia del Estado en la economía fuera mínima, como afirma Peter Wickens en su texto definitivo An Economic History of Africa. Birgit Muller nos informa de que los igbos carecían de una autoridad central que difundiera las monedas: «Como las monedas igbo no eran emitidas por una autoridad central, la estabilidad de su valor dependía únicamente de su suministro restringido.... La escasez de monedas metálicas estuvo garantizada durante siglos por el hecho de que debían producirse en un proceso muy complicado o importarse de lejanos comerciantes europeos».

Sin embargo, aunque el comercio descentralizado era la norma, Grietjie Verhoef en el ensayo «Pre-colonial Africa: Diversity in Organization and Management of Economy and Society» opina que existían amplias oportunidades para que los comerciantes poderosos monopolizaran las rutas comerciales. Un ejemplo de ello es que en algunos territorios, como África Occidental, los gobernantes permitían la gestión descentralizada de la empresa privada, mientras que en África Oriental los comerciantes musulmanes monopolizaban las rutas comerciales. Las investigaciones también han desmontado el argumento de que durante la época precolonial el Estado asante en África Occidental era el actor predominante en la economía. Gareth Austin refuta esta proposición al sostener que el sector privado constituía una potente fuerza en la economía de exportación, lo que permitía a los plebeyos procurarse riqueza a través del comercio y de la producción para los mercados internacionales y nacionales.

Además de enriquecer a los plebeyos, el comercio era fundamental para promover la paz en las comunidades africanas. Emmanuel Akyeampong, en una visión general del comercio en África, señala que, debido a su importancia para estimular la riqueza, el comercio hacía prohibitiva la conquista. «De hecho, la supervivencia y la prosperidad de las comunidades africanas estaban tan entrelazadas con los beneficios mutuos del comercio, que los estudiosos del contacto preeuropeo señalaron que en el centro de la cuenca del Níger en África Occidental y en el Océano Índico la conquista externa era contraproducente y surgieron sistemas regionales basados en la heterarquía y no en la jerarquía».

Puesto que hemos establecido la relevancia cultural de los mercados en la historia de África, ahora podemos ilustrar los efectos lucrativos de los mercados en el África contemporánea. Al examinar la bibliografía sobre los ingredientes del éxito económico, Germinal Van llega a la conclusión de que la protección de los derechos de propiedad refuerza el crecimiento económico al estimular la libertad económica. Aplicando sus conclusiones a África, Van escribe: «La capacidad de poseer propiedades es un paso principal hacia la creación de valor económico.... Para que los actores de las economías africanas puedan crear valor económico en el continente, deben poder poseer propiedades y utilizarlas para crear intercambios. Es el intercambio que tiene lugar bajo el concepto de derechos de propiedad lo que aumenta la libertad económica de un país».

Un ejemplo brillante de los efectos positivos de una mayor libertad económica es Ruanda. En el Índice de Libertad Económica de 2020, Ruanda pasó de la categoría «moderadamente libre» a la categoría mayormente libre. Las reformas de libre mercado impulsaron el PIB per cápita de Ruanda a más de 2.000 dólares en 2019, desde los apenas 700 dólares de 1995. Asimismo, los análisis económicos indican que la libertad económica está incluso asociada al crecimiento inclusivo en el África subsahariana, lo que desacredita la afirmación de que las libertades económicas generan grandes desigualdades.

La suposición de que los mercados en África son un residuo del colonialismo occidental es un mito. Los mercados libres son fundamentales para mejorar las condiciones de vida en África. Los africanos deben liberar sus mentes de los grilletes de la propaganda poscolonial y abrazar la libertad económica para cosechar los beneficios de la prosperidad.

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Image Source: Getty
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