La mitología del colectivismo metodológico
Una creencia fundamental de los colectivistas es que las personas también piensan colectivamente. Ya sea que uno sea miembro de una clase, un grupo religioso o un grupo étnico.
Una creencia fundamental de los colectivistas es que las personas también piensan colectivamente. Ya sea que uno sea miembro de una clase, un grupo religioso o un grupo étnico.
En el Seminario Rothbard, el Dr. Salerno analizó cómo Rothbard, insatisfecho con las teorías económicas dominantes en Columbia, descubrió la Escuela Austriaca, marcando su desarrollo intelectual
Some non-economic arguments made by pronatalists are very good. But when it comes to economics, pronatalists often get it very wrong.
En la sección «Filosofía de los viernes» de esta semana, el Dr. Gordon analiza la metodología de Williamson. Aunque a Williamson quizá no le guste la implicación, Gordon señala que la metodología de Williamson puede utilizarse para defender las opiniones epistemológicas de Rothbard.
Influenciado por los escritos del gran Frederic Bastiat, Vilfredo Pareto promovió los mercados libres y el liberalismo económico en la Europa del siglo XIX. Pareto también realizó una serie de importantes contribuciones a la teoría y la práctica económicas.
El marxismo se ha infiltrado en la política, la educación y la religión —reduciendo la acción humana a la clase y la raza. Mises ofrece una comprensión más precisa de cómo actúan los seres humanos.
La economía neoclásica moderna se basa en las ciencias físicas, lo que los economistas austriacos reconocen como una forma inadecuada de explicar los fenómenos económicos. Ludwig von Mises reconoció esta falsedad y la denominó «cientificismo».
Las ideas nominalistas influyeron en la revolución científica, dando forma a su alejamiento de la metafísica, su perspectiva mecanicista y la matematización de todas las ciencias. Este paradigma ha provocado algunos errores en el pensamiento económico.
¿Cuánto dinero necesita una economía en circulación para funcionar? Los austriacos creen que una economía en crecimiento no necesita un suministro creciente de dinero, lo que diferencia a la economía austriaca de otras escuelas de pensamiento económico.
La «economía» keynesiana no solo es errónea; sus preceptos no solo se basan en falacias, sino también en mentiras. Dado que Keynes se autodenominaba «inmoralista», no debería sorprendernos que su economía también lo sea.