Entendiendo la diferencia entre praxeología y psicología
Algunos economistas han intentado aplicar la psicología al análisis económico, pero la psicología no es lo que impulsa la actividad económica.
Algunos economistas han intentado aplicar la psicología al análisis económico, pero la psicología no es lo que impulsa la actividad económica.
Las políticas de financiación de la defensa están cada vez más influenciadas por los contratistas de armamento, que se benefician enormemente del sudor y el trabajo del pagador de impuestos americano.
El dinero propiamente dicho no es un artificio. Es una «cosa» física de valor, adquirida mediante el trabajo y surgida de las necesidades de los individuos, que mediante intercambios voluntarios determinan su valor.
Todos somos más pobres, aunque la inflación general de los precios sea ligeramente inferior. La ralentización del crecimiento del IPC no significa precios más bajos, sino un ritmo más lento de destrucción del poder adquisitivo del dinero.
Desde la raza al género, pasando por casi todo lo demás, las decisiones sobre lo que es correcto o incorrecto se toman en función de la política. Esta es una receta para la destrucción social.
Al igual que el pirómano que luego combate heroicamente el incendio que provocó, la Fed está aumentando sus esfuerzos para rescatar a los bancos tanto en su país como en el extranjero. Esto no acaba bien.
Los políticos pregonan el «bipartidismo» —lo que a menudo sólo significa que el bolsillo de uno será más limpio.
El reto al que nos enfrentamos va más allá de la simple oposición al Estado. Más bien, es necesario crear, reforzar y sostener instituciones que puedan ofrecer alternativas al Estado.
Muchos gobiernos apoyan la continuación de la guerra en Ucrania, pero la gente común en Europa, América y el mundo en desarrollo teme que la guerra traiga consigo un desastre económico.
Los economistas keynesianos afirman que recortar gastos en una desaceleración comercial es contraproducente. Como de costumbre, los keynesianos están equivocados.