Inseguridad social: no es errado preocuparse por los hechos
Seguridad Social está abocada a una reducción de las prestaciones, y ninguna retórica política, ni siquiera el aumento de los impuestos, resolverá el problema. Los números no mienten.
Seguridad Social está abocada a una reducción de las prestaciones, y ninguna retórica política, ni siquiera el aumento de los impuestos, resolverá el problema. Los números no mienten.
Las élites políticas y económicas predijeron un escenario catastrófico cuando Trump fue elegido en 2016, pero la realidad de su presidencia no se acercó a la retórica apocalíptica que la acompañó.
Ningún régimen estatal es un negocio ni tiene un modelo de negocio. Los verdaderos negocios se basan en el libre intercambio voluntario con los clientes. Los Estados se basan en la violencia y la coacción.
Tras el colapso financiero de hace quince años, algunos países pusieron límites estrictos a la acumulación de deuda pública. A pesar de los gritos de que esto perjudica las oportunidades de inversión, los «frenos a la deuda» han funcionado bien.
El gasto federal no es el único gasto gubernamental fuera de control en los EEUU. Un número de estados han gastado más de la cuenta y ahora se enfrentan a una disminución de los ingresos. ¿Vendrán bancarrotas?
Paul Krugman y otros keynesianos creen que, dado que los trabajadores están desempleados durante una recesión, el gasto gubernamental para emplearlos no tiene coste. En lugar de crear riqueza, estos planes de creación de empleo la destruyen.
Mientras las clases dominantes insisten en que el dinero es lo que el gobierno diga que es, históricamente el dinero ha sido el oro. Eso no ha cambiado incluso en la era de la moneda degradada.
Los fundadores de los Estados Unidos advirtieron del peligro de enredarse en guerras extranjeras. Desgraciadamente, las élites políticas actuales pretenden expandir el imperio de EEUU, dejando muerte y destrucción a su paso.
El así llamado cambio climático es en realidad una excusa para que el gobierno haga lo que peor sabe hacer: intervenir en nuestros asuntos económicos. Aunque los esfuerzos gubernamentales no enfriarán el planeta, harán la vida más difícil a sus habitantes.
Bajo Obama y Biden, el sector bancario ha sido convertido en un arma contra las industrias que no gustan a los izquierdistas americanos. La administración Obama actuó como si sus objetivos regulatorios no merecieran el debido proceso, y el programa devastó a lo largo y ancho.