Power & Market

¿Deben los EEUU invadir Bielorrusia?

Hace un par de días, el New York Times publicó un artículo sobre el brutal régimen autoritario de Aleksandr Lukashenko, líder de Bielorrusia. El artículo señala que, tras ganar unas elecciones «ampliamente disputadas» hace tres años, Lukashenko ha aplastado la disidencia y «marcado el comienzo de una escalofriante era de represión». Según el artículo, «hasta el más mínimo signo de protesta puede llevar a una persona a la cárcel». Las fuerzas de seguridad están acorralando a críticos, periodistas, abogados y disidentes. Incluso se detiene a personas por vestir de rojo y blanco, considerados símbolos del movimiento de protesta contra Lukashenko.

Esto plantea una pregunta obvia: ¿Debería el gobierno de EEUU invadir Bielorrusia para liberar al pueblo bielorruso?

Sospecho que la mayoría de los americanos, incluido incluso un gran porcentaje de intervencionistas, responderían que no. Aunque sin duda podemos simpatizar con el pueblo de Bielorrusia, no querríamos que el ejército de EEUU invadiera, atacara y bombardeara el país en un intento de salvar a los bielorrusos de la tiranía, sobre todo porque un gran número de ellos morirían o quedarían mutilados en el proceso y verían destruidos sus hogares y negocios.

Sin embargo, un aspecto interesante de esto es que si el establishment de seguridad nacional de los EEUU decidiera invadir Bielorrusia para liberar al pueblo bielorruso, un gran porcentaje de americanos, especialmente los intervencionistas, tendrían una mentalidad completamente diferente. En ese caso, se unirían inmediatamente en apoyo del Pentágono y la CIA e inventarían todo tipo de argumentos sobre por qué era necesario y beneficioso que los EEUU interviniera en nombre del pueblo bielorruso.

En otras palabras, un cierto porcentaje de ciudadanos americanos, especialmente el segmento intervencionista, busca automáticamente en el Pentágono y en la CIA la clave de lo que deben creer, y amoldan sus mentalidades a los sentimientos de estas dos agencias.

Pensemos en Europa del Este durante la Guerra Fría. Países como Polonia, Checoslovaquia, Hungría y Alemania Oriental estaban bajo el férreo control de la Unión Soviética, gobernada por un brutal régimen comunista. Durante unos 45 años, los habitantes de esos países tuvieron que vivir sus vidas de esa manera.

En ningún momento el gobierno de EEUU invadió ninguno de esos países para liberarlos de la tiranía comunista. Además, el sentimiento abrumador del pueblo americano, incluidos los intervencionistas, era no invadirlos y liberarlos.

Pero pensemos en Irak en 2003. El pueblo de Irak había estado sufriendo bajo la brutal dictadura de Sadam Husein, que irónicamente había sido socio y aliado del gobierno de EEUU. El gobierno de EEUU podría haber adoptado ante esa situación la misma actitud que había adoptado con los países de Europa del Este durante la Guerra Fría.

En su lugar, el Pentágono y la CIA iniciaron la invasión de Irak. Inmediatamente, un gran número de americanos, especialmente los intervencionistas, fusionaron sus mentalidades con las del Pentágono y la CIA e idearon todo tipo de razones por las que era necesario y beneficioso invadir Irak, incluida la necesidad de «liberar» al pueblo iraquí de la tiranía de Sadam Husein.

Pensemos en Hong Kong. Desde que los británicos renunciaron al control sobre Hong Kong, China ha establecido implacablemente un despiadado control totalitario sobre la población de Hong Kong. Sin embargo, el gobierno de EEUU nunca ha salido en defensa de Hong Kong invadiéndolo. Es más, obsérvese que no existe un sentimiento generalizado entre el pueblo americano, incluidos los intervencionistas, para hacerlo.

Pero compárenlo con Taiwán. Allí, la seguridad nacional de EEUU ha dejado claro que los taiwaneses recibirán un trato diferente al de los habitantes de Hong Kong. Si China ataca Taiwán, es probable que las fuerzas de los EEUU acudan en su defensa. Un gran número de americanos, especialmente los intervencionistas, han inventado todo tipo de razones por las que EEUU debería hacerlo.

Pensemos en Ucrania. Cuando Rusia invadió Ucrania, el establishment de seguridad nacional podría haberse mantenido al margen del conflicto, tal y como hicieron con Europa del Este durante la Guerra Fría y han hecho con Bielorrusia y Hong Kong. En lugar de ello, el Pentágono y la CIA decidieron acudir en ayuda activa de Ucrania, lo que provocó que un gran número de americanos, especialmente los intervencionistas, fusionaran inmediatamente sus mentalidades con las del Pentágono y la CIA y, en el proceso, idearan todo tipo de razones por las que los EEUU debía intervenir en Ucrania.

Los Padres Fundadores de nuestra nación idearon la política exterior ideal, expresada en el famoso discurso del 4 de julio de 1821 de John Quincy Adam titulado «En busca de monstruos que destruir». Adams señaló que hay muchas cosas malas —cosas monstruosas— que ocurren en el mundo: tiranías, dictaduras, hambrunas, guerras, invasiones, revoluciones y cosas por el estilo. Pero el gobierno de EEUU, señaló Adams, nunca debería enviar sus fuerzas armadas a tierras extranjeras para matar a esos monstruos, en parte porque inevitablemente los Estados Unidos acabaría convirtiéndose en los monstruos que estaba matando.

En otras palabras, Adams estaba diciendo que la política exterior fundacional de los EEUU de no intervencionismo, que se aplicó a esos países de Europa del Este durante la Guerra Fría y que hoy se aplica a Hong Kong y Bielorrusia, debería ser la política exterior de los EEUU en general para todas las cosas monstruosas que ocurren en el mundo.

Dados los oscuros poderes de tipo totalitario (por ejemplo, asesinato, tortura, detención indefinida y vigilancia secreta masiva) que han venido con la conversión de América en un Estado de seguridad nacional, que ejerce el poder omnipotente del intervencionismo extranjero, ¿quién puede negar que Adams ha demostrado tener razón, especialmente dado que el gobierno de EEUU, en las inmortales palabras de Martin Luther King, se convirtió hace tiempo en el mayor proveedor de violencia del mundo, incluso mayor que los monstruos que mata?

Publicado originalmente por la Fundación Futuro de la Libertad. 

 

image/svg+xml
Note: The views expressed on Mises.org are not necessarily those of the Mises Institute.
What is the Mises Institute?

The Mises Institute is a non-profit organization that exists to promote teaching and research in the Austrian School of economics, individual freedom, honest history, and international peace, in the tradition of Ludwig von Mises and Murray N. Rothbard. 

Non-political, non-partisan, and non-PC, we advocate a radical shift in the intellectual climate, away from statism and toward a private property order. We believe that our foundational ideas are of permanent value, and oppose all efforts at compromise, sellout, and amalgamation of these ideas with fashionable political, cultural, and social doctrines inimical to their spirit.

Become a Member
Mises Institute