Brightline y los fracasos de las subvenciones ferroviarias
En lugar de malgastar el dinero de los contribuyentes, el Congreso debería reducir a cero las subvenciones a Brightline.
En lugar de malgastar el dinero de los contribuyentes, el Congreso debería reducir a cero las subvenciones a Brightline.
Al intentar proteger a los productores lácteos y aumentar sus ingresos, el gobierno creó un enorme excedente de queso, que luego regaló, perjudicando así a los agricultores a los que intentaba apoyar.
Las recientes medidas de la administracion Trump para adquirir participaciones en Intel y MP Materials socavan el sistema de libre mercado y causarán perjuicios económicos.
Al igual que el programa Happy Days, que ni siquiera las hazañas acuáticas de Fonzie pudieron salvar, Intel se verá aún más debilitada tras el acuerdo de capital alcanzado con la administración Trump.
Que el gobierno federal adquiera una participación en Intel no es ni un nuevo enfoque prometedor para la gobernanza ni un salto sin precedentes hacia el fascismo económico.
Que el gobierno federal adquiera una participación accionarial en Intel no es ni un nuevo enfoque prometedor para la gobernanza ni saltos sin precedentes hacia el fascismo económico. Es solo Trump abrazando el statu quo corrupto contra el que se presentó con un cambio de imagen superficial.
Oklahoma City construirá un nuevo estadio para los Thunder, campeones de la NBA en 2025. Como era de esperar, serán los contribuyentes quienes soporten la mayor parte de la carga financiera.
Aunque el presidente Trump ha afirmado que los aranceles acabarán elevando nuestro nivel de vida, en realidad son impuestos que gravan a los consumidores. Además, los aranceles también privan a los consumidores de las opciones que desean elegir.
Nuestros sistemas de transporte público socialistas son un fracaso continuo que se ve agravado por una intervención gubernamental aún mayor. No debería sorprendernos, pues, que los líderes políticos insistan en que el verdadero problema es la falta de voluntad política para gastar más dinero.
La lucha contra la carne cultivada en laboratorio ha cobrado un impulso considerable durante el último año, y varios estados prohíben ahora su fabricación, venta y distribución.