Los pronombres preferidos de Rothbard
Nosotros no somos el gobierno, y el gobierno no somos nosotros. Esta abstracción oculta la verdad, enseñando a la gente a equiparar el Estado con «la sociedad», «el pueblo», «el bien común» y otros eufemismos.
Nosotros no somos el gobierno, y el gobierno no somos nosotros. Esta abstracción oculta la verdad, enseñando a la gente a equiparar el Estado con «la sociedad», «el pueblo», «el bien común» y otros eufemismos.
Una objeción común al anarcocapitalismo es que solo el Estado puede ofrecer servicios de defensa viables a la población a través de la policía y las fuerzas armadas, ya que las agencias de defensa privadas tendrían un incentivo para estar en guerra constante.
A medida que la política domina cada vez más nuestras vidas y las generaciones jóvenes se desilusionan con razón de un sistema diseñado para estafarlas, es probable que veamos más violencia y caos. Estamos en un mal camino. Pero hay uno mejor.
Thomas Paine, quizás más que los «padres fundadores» oficiales de la nación, comprendió que el gobierno se deteriorará hasta convertirse en una tiranía a menos que aquellos a quienes gobierna estén atentos para evitar que eso suceda.
Cuando las aguas de las inundaciones de Texas se retiraron, políticos como Chuck Schumer tergiversaron los hechos sobre la tragedia para anotarse una victoria política. Lo correcto es examinar qué salió mal para evitar que tragedias como ésta vuelvan a ocurrir. Pero eso implica analizar los hechos reales.
A medida que estalla la última burbuja inmobiliaria, los vendedores de viviendas piden precios irreales por sus propiedades, mientras que los compradores esperan a que bajen los precios. Bill Pulte exige que la Fed baje las tasas de interés para reactivar el auge insostenible.
From interstate wars to local stabbings, violence is the ultimate expression of political action.
Los progresistas modernos creen que sólo se puede ser leal a la propia nación si se es leal al gobierno central. Sin embargo, la historia americana demuestra que la «nación» no es el Estado, sino la comunidad a la que uno pertenece.
A medida que la administración Trump hace recortes reales a los programas federales, de repente los opositores al «despilfarro, fraude y abuso» descubren que Trump y Musk van en serio con lo de recortar el gasto. No es sorprendente que a los sospechosos habituales no les gusten los recortes.
Los gobiernos parecen unidos en su empeño por destruir el dinero sano y sustituirlo por papel sin valor. Sin embargo, a medida que avanzan las tecnologías, también lo hace la capacidad de las personas para socavar el gobierno y, con él, el desarrollo del dinero sano.