Lo que se ve —y lo que NO se ve: la sabiduría a menudo ignorada de Bastiat
Bastiat recordaba a sus lectores que el análisis económico no sólo implica lo que vemos en la superficie, sino también los costes que quedan ocultos a la vista.
Bastiat recordaba a sus lectores que el análisis económico no sólo implica lo que vemos en la superficie, sino también los costes que quedan ocultos a la vista.
Nicolás Maquiavelo, a menudo criticado por sus opiniones sobre el uso del poder político, comprendía los peligros del gasto público descontrolado. Quizá nuestros propios líderes políticos deberían leer «El príncipe».
Gran parte de la teoría económica neoclásica moderna depende de supuestos que no reflejan las condiciones del mundo real. Los economistas austriacos, sin embargo, saben que los supuestos realistas importan.
Lee el New York Times (o incluso el National Review) y te enterarás de que el enfrentamiento presupuestario es entre los «adultos» del Congreso y los chiflados de derecha de la Cámara de Representantes. Pero no es así.
Olvídate de las apuestas deportivas de Las Vegas por especulación temeraria. Cuando los funcionarios de la Fed hacen pronósticos, los mercados dan por sentado que son exactas. Sin embargo, como admite el propio Jerome Powell, los pronósticos son, en el mejor de los casos, especulativos.
Desde los diversos compromisos impulsados por los «libertarios Beltway» hasta la retórica contraria al libre mercado del conservador Sohrab Ahmari, la intervención gubernamental tiene un montón de nuevos amigos. Esto no acabará bien.
En otra cruzada, las autoridades de los EEUU han sancionado las importaciones chinas de algodón. Las sanciones no cambiarán la política china, pero crearán dificultades para muchos.
Uno de los dogmas de la economía dominante es que sólo el gobierno puede proporcionar el número «óptimo» de bienes no rivales, o públicos. Los economistas austriacos nunca han aceptado esta teoría.
La creencia común es que la inflación es la subida general en los precios al consumidor. Sin embargo, la subida de precios es un síntoma de la inflación, que en realidad es la expansión de la oferta monetaria.
Aunque los partidarios de la banca de reserva fraccionaria afirman que los bancos informan a los depositantes de que en realidad son prestamistas (y los bancos son prestatarios), un estudio de la letra pequeña dice lo contrario.