Power & Market

¿Deberían pagar la deuda?

A principios de marzo, el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) informaba de ahorros superiores a 100.000 millones de dólares, atribuidos a la:

Combinación de venta de activos, anulación y renegociación de contratos/arrendamientos, supresión de fraudes y pagos indebidos, anulación de subvenciones, ahorro de intereses, cambios programáticos, ahorro normativo y reducción de plantilla.

Ignorando el potencial de recesión y crisis financiera, que la Reserva Federal abordaría con una inflación monetaria de varios billones de dólares, si DOGE mantiene su tasa de ahorro actual y la tarjeta oro de Trump genera ingresos adicionales, podemos considerar cómo utilizar esos ahorros.

Hace aproximadamente sesenta años, en What You Should Know About Inflation («Lo que debe saber sobre la inflación»), Henry Hazlitt señalaba la abundancia de discursos que abogaban por un aumento del gasto federal o de los impuestos. A continuación, escribe:

Pero aún no he visto ningún artículo que analice cómo podríamos iniciar y aumentar una amortización anual de la deuda proporcional al aumento de nuestro producto nacional bruto.

Un escenario es la reducción directa de la deuda. Suponiendo que el gobierno de los EEUU pueda reembolsar selectivamente a cualquier tenedor de deuda a su discreción, la pregunta es, ¿a qué tenedor de deuda se le debe pagar primero?

Véase a continuación la lista de tenedores de deuda extranjera a diciembre de 2024, según Statista.

Foreign debt holders

Llama la atención que, en dos meses de funcionamiento, DOGE haya generado ahorros suficientes para saldar totalmente la deuda contraída con México o Alemania. De seguir a este ritmo, el gobierno de los EEUU podría saldar sus obligaciones con Suiza, Francia o la nación nórdica de Canadá.

Sin embargo, las ramificaciones serían significativas. Reembolsar a China, por ejemplo, podría reducir la dependencia exterior, pero al mismo tiempo proporcionaría a China una importante entrada de billetes verdes, casi 800.000 millones.

Lo que harán a continuación es una incógnita, pero los más de 700.000 millones de dólares en deuda de EEUU que China posee actualmente pueden ser indicativos de cierto apetito por el riesgo. Incluso podrían darse la vuelta y comprar más deuda, como un tipo de refinanciación.

Por otro lado, este retorno de capital podría facultar al gobierno chino para adquirir agresivamente acciones, bonos corporativos, criptodivisas o tierras americanas. Incluso indirectamente, financiando las compras inmobiliarias de los ciudadanos chinos, podrían adquirir importantes participaciones de EEUU... Irónicamente, todo el escenario parece perjudicial para los intereses americanos.

En cuanto a los tenedores de deuda doméstica de los EEUU, Visual Capitalist muestra que el total rondaba los 26 billones de dólares en 2023.

Domestic debt

El reembolso total inundaría de efectivo las pensiones, los fondos y los bancos, obligándoles a reinvertir. Pero, ¿qué comprarían, si no deuda de EEUU?

Por último, está la tenencia de 4,3 billones de dólares del Tesoro de EEUU por parte de la Reserva Federal

Fed's Balance Sheet

Cualquier reducción de la deuda pagada a la Reserva Federal equivaldría a eliminar esa cantidad del balance de la Fed, devolviéndola al éter. La deuda se reduciría, y el ahorro de costes de intereses actuales y futuros podría ser significativo.

Pagar a los tenedores de deuda extranjera, nacional o de la Reserva Federal presenta una paradoja: entregar enormes sumas a quienes valoran la tenencia de esa deuda. Quizá por eso Henry Hazlitt comentó que nunca había visto un artículo sobre el pago de la deuda.

Es preocupante porque la deuda se crea fácilmente, pero es difícil de extinguir. Quizá la solución más sencilla sea la mejor. Cuando se trata de la acción gubernamental, la respuesta sigue siendo la misma: no hacer nada.

En caso de que el gobierno de los EEUU logre milagrosamente un superávit a final de año, el reembolso directo de la deuda podría ser innecesario. En su lugar, podría centrarse en reducir el gasto y evitar futuros aumentos de la deuda. Con el tiempo, las necesidades de deuda disminuirían, lo que reduciría la oferta de nueva deuda. Esto podría influir en factores como las calificaciones crediticias y las tasas de interés de los préstamos.

Los EEUU tiene suerte y es bueno en muchos aspectos, pero en un mundo de incertidumbre e inflación monetaria cada vez mayores, un gobierno de EEUU que gaste menos de lo que ingresa sólo conseguiría fortalecerse y mantener su patrón oro de facto siendo la camisa más limpia del montón sucio.

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