¿Y si tuviéramos un patrón oro?
La historia monetaria de los siglos XX y XXI nos muestra cómo nuestro gobierno, paso a paso, eliminó el patrón oro monetario e introdujo su moneda fiat, el dólar, para financiar su creciente poder político.
La historia monetaria de los siglos XX y XXI nos muestra cómo nuestro gobierno, paso a paso, eliminó el patrón oro monetario e introdujo su moneda fiat, el dólar, para financiar su creciente poder político.
Los gobiernos han corrompido tanto el dinero que hemos olvidado que el dinero sólido, al proporcionar fungibilidad y privacidad, ha sido una defensa contra los gobiernos abusivos. Aunque el dinero sólido beneficia a los ciudadanos, los gobiernos han logrado destruirlo.
A medida que la deuda de EEUU se dispara y los bancos centrales extranjeros acumulan reservas de oro, los miembros del Congreso presentan un proyecto de ley para exigir una auditoría exhaustiva de las reservas de oro de América
Bob desafía la sabiduría convencional en torno al dilema de Triffin, argumentando que los déficits comerciales persistentes de EEUU no son necesarios para el dominio del dólar, y que Ron Paul siempre tuvo razón.
Jonathan Newman se une a Bob para explorar la evidencia arqueológica de la plata como dinero en la antigua Mesopotamia, desafiando la Teoría Monetaria Moderna y afirmando el relato clásico de Menger sobre los orígenes del dinero en el mercado.
Ahora que se pide una auditoría de los almacenes de oro de los EEUU en Fort Knox, quizá deberíamos recordar cómo llegó ese oro allí en primer lugar. El robo de oro al pueblo americano por parte de Franklin Roosevelt es un crimen que aún debe ser rectificado.
Nuestro actual sistema monetario de papel fiat procede de un largo proceso de acumulación de poder estatal que destruyó el dinero privado, acabó con la banca verdaderamente privada y abolió el sistema de mercado de monedas competidoras. Llevó 300 años, y ahora nos enfrentamos a los resultados inflacionistas.
Este episodio explora las implicaciones económicas de la deflación, desacreditando el temor generalizado de que la caída de los precios paralice el crecimiento económico.
Ryan McMaken y el economista Jonathan Newman analizan la supuesta reserva de oro del gobierno de 750.000 millones de dólares, cómo ha llegado hasta ahí y por qué es hora de privatizar el oro.
Desde la última auditoría creíble realizada en la década de 1950, las reservas de oro de América han sido objeto de inspecciones limitadas, defectuosas y teatrales.