Javier Milei no es un problema para Argentina. El socialismo lo es.
Algo anda muy mal en el mundo desarrollado cuando algunos consideran a Milei un radical peligroso y no dicen nada del radicalismo implantado en los años de Fernández-Kirchner.
Algo anda muy mal en el mundo desarrollado cuando algunos consideran a Milei un radical peligroso y no dicen nada del radicalismo implantado en los años de Fernández-Kirchner.
En su guerra contra la libertad de expresión, los gobiernos progresistas niegan ahora a los disidentes el uso del sistema bancario.
Murray nos diría que dejáramos de enviar dinero y armas a Ucrania y que pusiéramos fin a todas las sanciones contra Rusia. Lo que ocurre en esa región no es asunto nuestro.
China salió de la pobreza tras los años de Mao sólo porque sus dirigentes políticos adoptaron la propiedad privada y la economía de mercado. Desgraciadamente, hoy los dirigentes comunistas están volviendo al socialismo.
Algunos jamaicanos se quejan de que los chinos están «colonizando» el país debido a su éxito económico allí. En realidad, su éxito se debe al emprendimiento y al trabajo duro.
El vasto sistema de beneficencia americano está implosionando. Los futuros ingresos fiscales no llegarán ni de lejos a cubrir las obligaciones futuras. Algo tiene que ceder.
Para las élites progresistas, el Estado (al menos uno dirigido por progresistas) es omnisciente y todopoderoso. Para cualquier persona con entendimiento, el Estado es una entidad normalmente dirigida por gángsters.
Keynes denunció el oro monetario como «una reliquia bárbara». Al final, será esa «bárbara reliquia» la que derroque el régimen del papel moneda.
Aunque sus idólatras conservadores parecen ignorarlo alegremente —para ellos siempre es 1940— Churchill fue uno de los principales arquitectos del Estado benefactor en Gran Bretaña.
Un número de conservadores cristianos afirman que los mercados son tan coercitivos como el gobierno. Intenta boicotear al FBI o a tu policía local la próxima vez que hagan algo escandaloso.