Cuando las autoridades médicas se volvieron totalitarias: entendiendo las políticas y protocolos covid
La respuesta al brote de covid-19 se entiende mejor como una herramienta del Estado de seguridad nacional que como una medida de salud pública.
La respuesta al brote de covid-19 se entiende mejor como una herramienta del Estado de seguridad nacional que como una medida de salud pública.
Los progresistas afirman que los sistemas sanitarios estatales son superiores a los de mercado. Sus argumentos no cuadran.
En nombre de una supuesta crisis de salud pública, las élites políticas y médicas de EEUU crearon aún más crisis. David Gordon reseña el nuevo libro de Tom Woods que deconstruye las desastrosas decisiones tomadas por los políticos progresistas y las autoridades médicas.
La senadora Elizabeth Warren vuelve a la carga: exige la intervención del gobierno en el sistema sanitario del país para solucionar los problemas causados por la anterior intervención gubernamental.
A los americanos se les dice constantemente que los europeos tienen una asistencia médica maravillosa proporcionada por sus gobiernos. En realidad, la asistencia privada está ganando terreno porque ofrece mejor atención y un mejor trato.
Las élites políticas, que suelen beneficiarse de la asistencia privada, siempre pregonan los sistemas médicos gubernamentales. Ya es hora de que todos los demás tengan acceso al mismo sistema.
El ganador del Premio Nobel Angus Deaton afirma que el libre mercado no puede proporcionar una atención médica adecuada. Por supuesto, a continuación describe el fracaso del gobierno, pero lo llama libre mercado.
Cuando las restricciones covid eran más estrictas, muchas personas morían solas en las UCI, ya que se mantenía alejados a amigos y familiares en nombre de la «salud pública». Una valoración más acertada de esta política es calificarla de barbarie.
La maquinaria de restricción del covid se está poniendo en marcha a tiempo para el otoño, a pesar de que el covid representa poco peligro.
La celebración del setenta y cinco aniversario del Servicio Nacional de Salud británico enmascaró los verdaderos fallos de este sistema, que sólo puede empeorar con el tiempo.