Power & Market

El eslabón perdido de Karl Marx: borrando la línea entre mercantilismo y capitalismo

En El Capital, Karl Marx esbozó una progresión histórica de los sistemas socioeconómicos: comunismo tribal, sociedades esclavistas, feudalismo, capitalismo, socialismo y comunismo. Sin embargo, una omisión notable de este marco es el mercantilismo. ¿Por qué se omitió? Aunque el mercantilismo y el capitalismo se solapan, son sistemas distintos con políticas económicas, modos de producción y principios subyacentes diferentes. Al omitir el mercantilismo, Marx podía atribuir sus prácticas explotadoras —particularmente el colonialismo— directamente al capitalismo, reforzando su crítica ideológica.

Mercantilismo

Conquista y colonización

El mercantilismo estaba estrechamente vinculado a la expansión imperial. Las potencias europeas buscaban acumular riqueza estableciendo colonias, extrayendo recursos y monopolizando el comercio.

Intervención del Estado

Las economías mercantilistas estaban muy reguladas. Los gobiernos imponían aranceles, subvenciones, restricciones comerciales y políticas proteccionistas para reforzar las industrias nacionales y mantener balanzas comerciales favorables.

Acumulación de metales preciosos

El mercantilismo —como antes el feudalismo— hacía hincapié en la acumulación de oro y plata para aumentar la riqueza nacional y el poder militar. El objetivo era maximizar las exportaciones y minimizar las importaciones para mantener superávits comerciales y financiar la expansión militar.

Capitalismo

Economía de mercado

El capitalismo se caracteriza por mercados libres en los que los precios vienen determinados por la oferta y la demanda. La propiedad privada de los medios de producción y las empresas con ánimo de lucro son características centrales.

Intervención estatal limitada

El capitalismo clásico funciona mejor con una interferencia mínima del gobierno y sin amiguismo por intereses especiales. La metáfora de la «mano invisible» de Adam Smith sugería que la prosperidad económica general surgiría a medida que los individuos persiguieran sus propios intereses en el marco de un Estado de Derecho. Además, los seres humanos, actuando pacífica y cooperativamente, aumentan la riqueza de todos mediante intercambios mutuamente beneficiosos.

Creación de riqueza mediante la producción

A diferencia del mercantilismo, que se centraba en acumular riqueza mediante la conquista y los monopolios comerciales, el capitalismo hace hincapié en la generación de riqueza a través de la producción, la innovación, el libre intercambio y la inversión.

Desacreditar el mercantilismo

El ensayo de David Hume de 1752, Sobre la balanza comercial, desacreditaba el principio clave del mercantilismo: la noción de una balanza comercial favorable. Señalaba que, a medida que el oro entraba en un país, los precios subían, lo que reducía las exportaciones y aumentaba las importaciones, que, a su vez, devolvían el oro al exterior.

En La riqueza de las naciones, Adam Smith se hizo eco del argumento, añadiendo: «Nada, sin embargo, puede ser más absurdo que toda esta doctrina de la balanza comercial». Smith desmontó aún más las doctrinas mercantilistas, argumentando que la riqueza nacional debía medirse por la capacidad productiva y el bienestar de los ciudadanos, no por la acumulación de oro y plata o una balanza comercial favorable. Smith sostenía que las políticas mercantilistas eran ineficaces porque priorizaban la conquista y la monopolización sobre el intercambio voluntario y la especialización económica.

Smith también observó que el mantenimiento de las colonias solía ser más costoso que beneficioso. Los gastos de la conquista, la administración y la imposición militar a menudo superaban cualquier beneficio financiero. En su lugar, abogó por el libre comercio, permitiendo a las naciones especializarse en industrias en las que tuvieran una ventaja comparativa, lo que conduciría a una mayor división del trabajo, más eficiencia económica y prosperidad mutua.

Marx conocía bien los argumentos de Smith —citó ampliamente La riqueza de las naciones en El capital y otros escritos—. Sin embargo, omitió deliberadamente el mercantilismo como una etapa distinta en su marco histórico, agrupándolo en cambio con el capitalismo.

¿Por qué Marx ignoró el mercantilismo?

El principal objetivo de Marx era criticar el capitalismo, en particular su percepción de sus contradicciones —la explotación del trabajo y las tendencias a la crisis y al monopolio. Al omitir el mercantilismo como fase separada, pudo vincular más fácilmente la expansión colonial directamente con el capitalismo, retratando el imperialismo como una característica inherente y no como un antecedente histórico.

El concepto de Marx de acumulación primitiva describía cómo los sistemas precapitalistas pasaban al capitalismo, a menudo a través de la desposesión violenta, incluyendo la confiscación de tierras, la expropiación de campesinos y la expansión colonial. Sin embargo, al colapsar el mercantilismo en el capitalismo, Marx atribuyó falsamente estos procesos al propio capitalismo, ignorando la observación de Smith de que el imperialismo a menudo no era rentable.

Al confundir las políticas explotadoras del mercantilismo con el capitalismo, Marx eludió el argumento de Smith de que el libre comercio —no la conquista— era el camino más eficaz hacia la prosperidad económica. Su formulación ignoraba convenientemente que el capitalismo no requiere colonización ni coerción para funcionar. En cambio, la omisión de Marx sirvió a su propósito ideológico: El Capital no era un análisis objetivo —sino una polémica diseñada para acusar al capitalismo.

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