Subjetividad y preferencia demostrada: una posible paradoja
Hace unos años, compré un artículo único.
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Contrariamente a los mitos contrarios a la libertad, los empresarios «codiciosos» no deciden los precios de los bienes y servicios.
El Dr. Jonathan Newman se une a Bob para analizar las propuestas de Kamala Harris contra el alza de precios, y cómo algunos economistas de la corriente dominante defienden los controles de precios del Gobierno.
Bob cita a David Ricardo para demostrar que los economistas clásicos entendían que la utilidad era esencial para explicar el valor de mercado, pero luego también explica por qué la Revolución Marginalista fue un avance científico.
A petición de un oyente, Bob presenta el análisis económico habitual de los aranceles y otros tipos de impuestos.
¿Qué mejor manera de explicar la relación entre los bienes de orden superior y los de orden inferior que con la comida? Aquí nos fijamos en el sánduche de falafel.
Richard Cantillon, a quien los austriacos consideran el verdadero padre de la economía moderna, observó que la creación de dinero nuevo tiene efectos desiguales. Jonathan Newman demuestra cómo se producen esos efectos.
Los economistas de la corriente dominante convertidos en guerreros del clima utilizan métodos de coste de producción para determinar el «verdadero» coste social del carbono. Recurren a una metodología desacreditada atribuida falsamente a los escolásticos medievales.
Aunque el famoso ensayo de F.A. Hayek de 1945 critica eficazmente la hipótesis de la «información perfecta», es una explicación inadecuada de la cuestión del cálculo económico.
En contra del mito, los negocios no pueden fijar los precios al nivel que quieran. Los capitalistas «codiciosos» pueden pedir precios más altos, pero los precios significan poco si la gente no puede o no quiere pagarlos.