Blago es libre
El verdadero crimen de Blago no fue tratar de vender un asiento en el Senado, si es que de hecho trató de hacerlo. Más bien su crimen fue que se negó a nombrar al hombre que Obama había elegido como su sucesor en el Senado.
Desde el marxismo ortodoxo hasta el anarcosindicalismo, aquí hay una breve guía de los muchos sabores del socialismo.