La esclavitud y la culpa colectiva
Los progresistas modernos están obsesionados con la culpa colectiva, exigiendo que los americanos paguen reparaciones por la esclavitud a pesar de que ésta terminó en los EEUU hace 160 años.
Los progresistas modernos están obsesionados con la culpa colectiva, exigiendo que los americanos paguen reparaciones por la esclavitud a pesar de que ésta terminó en los EEUU hace 160 años.
Durante casi 30 años, la Fed ha aplicado una política de dinero fácil que ha hecho que la economía dependa cada vez más de la siguiente ronda de «estímulos». Revertir esa política significará, mínimo a corto plazo, una recesión antes de que la economía se recupere, lo que hoy es imposible.
Los aranceles no sólo aumentan los precios al consumo. También afectan a los flujos de capital y, en numerosas ocasiones, han desencadenado crisis bursátiles. Lo que los aranceles no traen es prosperidad.
Los intervencionistas suelen afirmar que las economías de mercado conducen naturalmente a monopolios, lo que significa que ya no hay competencia económica. Sin embargo, en los procesos de mercado siempre hay competencia, a menos que las propias autoridades gubernamentales la bloqueen.
Utilizar el poder del Estado para imponer una ortodoxia social siempre es una receta para el desastre. Los gobiernos republicanos radicales en el sur durante la posguerra intentaron hacer precisamente eso, sembrando semillas de odio y discordia en el proceso.
Contra Marx, the laws of economics are immutable and are the same no matter what historical epoch exists. Economies cannot flourish unless market prices, private property rights, and profits and losses are unhampered.
En este episodio de Radio Rothbard, Ryan y Tho hablan de las posibilidades tras las elecciones de la próxima semana.
En menos de una semana, los votantes elegirán supuestamente a un nuevo presidente. Sin embargo, ¿tendrá integridad el proceso o sólo será una farsa en la que se rellenarán urnas en recintos clave?
Los «tradicionales» ayudarán en la elección de Trump como presidente, pero no tendrán poder real porque sus creencias son amenazantes para el laicismo del régimen.
Ahora que Kamala Harris ha anunciado que está dispuesta a imponer «reparaciones por la esclavitud» si es elegida presidenta, es hora de analizar detenidamente la injusticia que formaría parte de este plan. No hay forma de obtener un resultado justo.