Capitalismo

En una economía de esclavos, los dueños de esclavos buscan innovaciones tecnológicas que hagan el trabajo de los esclavos más productivo. Pero también ponen límites ineficientes y artificiales a las innovaciones que podrían cambiar el orden social establecido.

La actual fascinación por el socialismo y el odio al capitalismo refleja una combinación de ceguera histórica deliberada, falta de simple sentido común e inexcusable ignorancia económica.

Los capitalistas, actuando como intermediarios entre la producción presente y el consumo futuro, son los actores principales de toda economía capitalista.

Un tema recurrente entre los izquierdistas en un mundo de escasez de viviendas: ¿Por qué se debe permitir a los arrendadores obtener beneficios? Resulta que hay muchas buenas razones.

El conocimiento del mercado se genera en las transacciones individuales y por el impulso empresarial. Ninguna cantidad de tecnología puede reemplazar el proceso de mercado.

Para tener éxito, los empresarios deben demostrar una previsión y un juicio superiores, y practicar una mejora dinámica continua en su ensamblaje y reensamblaje de activos para servir al consumidor.

Es cierto que el socialismo y el intervencionismo aún no han logrado eliminar completamente el capitalismo. Si lo hubieran hecho, redescubriríamos el significado del hambre a escala masiva.

Todo sistema económico es una mezcla de acción de mercado y control estatal. La estrategia marxista es culpar al capitalismo de todos los males causados por la intervención del Estado.

Henry David Thoreau dejó atrás muchas grandes admoniciones. Desgraciadamente, las gemas filosóficas no son de curso legal cuando se debe pagar el alquiler.

Para producir bienes de capital, y por lo tanto más bienes de consumo, primero debemos renunciar al consumo actual. Es decir, debemos ahorrar ahora para tener más después.