Hace unos días, las acciones relacionadas con el cannabis se dispararon tras conocerse la noticia de que Trump está considerando ordenar que reclasifique la marihuana como una droga menos peligrosa, una medida que representaría un cambio significativo en la política en EEUU.
Escandinavia no es socialista; de hecho, a menudo se sitúa muy por encima de economías socialistas como Venezuela en términos de libertad económica.
Todos los niños acaban aprendiendo que los regalos que hay debajo del árbol de Navidad los compran sus familiares y amigos con su propio dinero, y no los trae Santa Claus.
«La igualdad impuesta por la fuerza», insiste Crisóstomo, «no lograría nada y causaría mucho daño».
Imagina cuántos oficiales militares retirados y exfuncionarios de EEUU convertidos en cabilderos podrían verse en apuros económicos si finalmente «simplemente nos fuéramos a casa».
Depender del gobierno es difícil y, a menudo, peligroso. Pero los estatistas, independientemente de los problemas, suelen decir que los servicios gubernamentales no están totalmente financiados y que casi todos ellos deberían ampliarse.
El presidente Trump anunció los aranceles con dos objetivos: proteger a los productores americanos y la reubicación de empresas extranjeras en los EEUU. Se ha «protegido» a la gente impidiéndoles comerciar de forma pacífica y mutuamente beneficiosa con otros.
Lo que no podemos hacer, legítimamente, es que el gobierno de los EEUU vaya al extranjero en busca del monstruo venezolano para destruirlo.
Con unos fundamentos laborales tan débiles, la única forma real de aumentar las ventas de viviendas es reducir aún más los precios. Por supuesto, eso no es lo que los vendedores quieren oír.
La retórica partidista del período posterior a la Guerra Civil fue única en ese momento histórico, pero no única como táctica política.
