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Caos creativo: dentro de la guerra encubierta de la CIA para derrocar al gobierno sirio

Durante más de una década, la narrativa occidental dominante sobre la guerra de Siria ha sido simple: un levantamiento pacífico se convirtió en una brutal guerra civil debido a la implacable represión de Bashar al-Assad contra su propio pueblo. Pero en Creative Chaos: Inside the CIA’s Covert War to Topple the Syrian Government (Caos creativo: dentro de la guerra encubierta de la CIA para derrocar al gobierno sirio), el último libro del Instituto Libertario, William Van Wagenen desmonta metódicamente esta versión dominante de los hechos, exponiéndola como una ficción conveniente elaborada para justificar una de las guerras de cambio de régimen más desastrosas de la era moderna.

Su tesis central es clara: la guerra en Siria no fue una revolución orgánica sino un esfuerzo deliberado de Washington, Israel y sus socios regionales para debilitar a Irán derrocando al gobierno de Assad. Y cuando las protestas pacíficas fueron secuestradas por militantes islamistas, en lugar de ayudar a restaurar la estabilidad, los EEUU y sus aliados impidieron deliberadamente que Assad aplastara la insurgencia —incluso cuando ésta pasó a estar dominada por al-Qaeda y grupos afiliados al ISIS.

Ahora, años después, el resultado es una Siria fracturada, gobernada por señores de la guerra yihadistas y ocupada por potencias extranjeras, con Israel consolidando su dominio sobre territorios estratégicos.

¿Cómo y por qué se ha producido este desastre para el pueblo sirio? ¿Y por qué los no intervencionistas que denunciaron las mentiras de Washington siempre tuvieron razón sobre la guerra y su probable resultado?

Cambio de régimen: el plan para la destrucción de Siria

Van Wagenen documenta cuidadosamente cómo el cambio de régimen en Siria había sido un objetivo de la política exterior de los EEUU mucho antes de la Primavera Árabe. La administración Bush sentó las bases, pero la administración Obama aceleró el esfuerzo, viéndolo como una forma de golpear a Irán sin una guerra directa.

Su investigación confirma que los EEUU y sus aliados —incluidos Israel, Arabia Saudí, Qatar y Turquía3 apoyaron y armaron activamente a la llamada «oposición moderada», a pesar de las abrumadoras pruebas de que los yihadistas controlaron la rebelión casi desde el principio.

En lugar de dejar que el gobierno de Assad restaurara el orden, las agencias de inteligencia occidentales canalizaron miles de millones en armas, logística y entrenamiento a los grupos extremistas, asegurándose de que la guerra se prolongara.

El correo electrónico filtrado de 2012 de Jake Sullivan a Hillary Clinton (al que Van Wagenen hace referencia) hace que esta realidad sea innegable: «AQ [Al Qaeda] está de nuestro lado en Siria».

Esta asombrosa admisión expone la verdadera naturaleza de la política de EEUU en Siria: al mismo tiempo que los combatían al otro lado de la línea en Irak, Washington apoyaba directamente a los grupos vinculados a Al Qaeda porque servían a sus intereses geopolíticos.

Nota: Para quienes no hayan leído el libro Enough Already: Time to End the War on Terror, se trata de una vuelta a las formas más que de una innovación política: Washington había favorecido, por regla general, a las sectas fundamentalistas y radicales suníes frente a las alternativas seculares en la región desde hacía décadas.

Una guerra secuestrada por los yihadistas

Una de las aportaciones más importantes del libro es la demolición total del mito de los «rebeldes moderados». Mientras que los medios de comunicación establecidos pintaban al Ejército Libre Sirio (ELS) como una fuerza legítima de oposición, Van Wagenen presenta pruebas abrumadoras de que los llamados moderados:

  • Siempre fueron superados en número y armamento por las facciones islamistas;
  • Colaboraron frecuentemente con la filial siria de Al Qaeda, Jabhat al Nusra (posteriormente HTS), o desertaron a ella;
  • Recibió apoyo directo de la CIA a pesar de sus vínculos con grupos terroristas

En 2013, ISIS y al-Nusra dominaban el campo de batalla y, sin embargo, los EEUU seguía impidiendo que Assad aplastara a la insurgencia. Como documenta Van Wagenen, Washington

  • Presionó a Jordania para que permitiera la libre circulación de yihadistas a través de su frontera;
  • Suministró armas a través de programas encubiertos como la Operación Timber Sycamore;
  • Trabajó con Turquía y Arabia Saudí para mantener un flujo constante de combatientes extranjeros hacia Siria.

Esta política —armar a los terroristas que apenas una década antes habían atacado a los Estados Unidos, y que al mismo tiempo estaban atacando a las fuerzas de los EEUU en Irak— no sólo era imprudente, sino criminal.

El papel de Israel: ingeniar el caos para consolidar el poder

Otro punto clave en el libro de Van Wagenen es que Israel fue uno de los principales impulsores del derrocamiento de Assad. Mientras que la narrativa del establishment afirma que Israel fue sólo un observador pasivo, el libro muestra que Tel Aviv tenía un claro interés estratégico en la desintegración de Siria.

  • Israel consideraba a Assad un aliado clave de Irán y quería derrocarlo;
  • La inteligencia israelí colaboró estrechamente con los planificadores occidentales para alimentar la insurgencia;
  • Una vez que los yihadistas se hicieron con el control de gran parte del país, Israel lo utilizó como justificación para ampliar sus propias ambiciones territoriales.

Avance rápido hasta hoy, y la predicción de Van Wagenen se ha hecho realidad: Siria está permanentemente fracturada, e Israel ha ocupado territorios clave bajo la pretensión de que no hay «ningún socio legítimo para la paz».

Como han argumentado repetidamente los funcionarios israelíes, Siria es demasiado inestable para negociar con ella porque grupos como HTS (antigua filial de Al Qaeda) controlan grandes partes de ella. Pero este resultado fue diseñado por Israel y sus aliados, que pasaron años asegurándose de que los yihadistas se impusieran a las fuerzas de Assad. En efecto, la guerra ha permitido a Israel reforzar su control sobre el Golán ocupado y extender su influencia al territorio sirio.

El papel de los intereses burocráticos: por qué siempre gana el cambio de régimen

Uno de los temas más convincentes del libro de Van Wagenen es la forma en que vincula implícitamente la guerra siria con cuestiones estructurales más amplias de la política exterior de los EEUU, en particular la Teoría de la Elección Pública y la Ley de Hierro de la Burocracia. La Teoría de la Elección Pública nos enseña que los políticos y los organismos gubernamentales actúan en su propio interés, no necesariamente en interés del público. Un subconjunto de esto es la llamada «Ley de Hierro de la Burocracia», que afirma que las burocracias acaban priorizando su propio crecimiento y supervivencia sobre su misión original. La CIA, el Departamento de Estado y el Pentágono tenían incentivos institucionales para prolongar la guerra, ampliar sus presupuestos y justificar la continuación de la intervención, como muestra el libro de Van Wagenen.

Esto explica por qué, a pesar de la abrumadora evidencia de que armar a los yihadistas conduciría al desastre, la política continuó durante años. Los intereses burocráticos y políticos que impulsaban la intervención simplemente tenían demasiado que ganar prolongando la guerra.

El devastador coste humano

Aunque el libro de Van Wagenen se centra principalmente en las maquinaciones geopolíticas de la guerra, nunca pierde de vista el coste humano de las políticas de Washington:

  • Cientos de miles de civiles fueron asesinados;
  • Las minorías sirias —alauitas, cristianos, drusos y chiíes— fueron masacradas o expulsadas al exilio;
  • Millones de personas se convirtieron en refugiados, alimentando la inestabilidad en toda la región y en Europa.

En lugar de traer la «libertad» a Siria, la intervención de EEUU garantizó una guerra interminable, la limpieza étnica y el ascenso de brutales señores de la guerra yihadistas.

Veredicto final: Una devastadora acusación contra la política exterior de EEUU

Creative Chaos: Inside the CIA’s Covert War to Topple the Syrian Government (Caos creativo: dentro de la guerra encubierta de la CIA para derrocar al gobierno sirio) es una crítica profunda, convincente y devastadora de la intervención occidental en Siria. El libro de Van Wagenen debería ser lectura obligada para cualquiera que quiera entender cómo Washington y sus aliados urdieron sistemáticamente uno de los conflictos más destructivos del siglo XXI. Desmonta metódicamente las mentiras de los medios de comunicación heredados, expone el imprudente apoyo de la CIA a los yihadistas y destaca el interés estratégico a largo plazo de Israel en el colapso de Siria.

Para aquellos que todavía creen que la intervención de EEUU es una fuerza para el bien en el mundo, este libro es una llamada de atención. Siria no fue una guerra «humanitaria». Fue una operación de cambio de régimen calculada y brutal que destruyó una nación en aras de un beneficio geopolítico. Y, como advierte Van Wagenen, a pesar de que los no intervencionistas siempre han tenido razón, probablemente no será la última.

Washington debe dejar de entrometerse. Se trata de un mensaje especialmente oportuno, ya que Trump parece cada vez más inclinado a una mayor implicación de EEUU en la región.

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