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En una democracia lo suficientemente grande, el impacto de un voto individual es estadísticamente cero en el margen. El voto de una sola persona nunca impactará en una elección en una democracia de tamaño incluso modesto (colegio electoral, popular o cualquier otro).

Todos los argumentos a favor del servicio obligatorio descansan en la idea de que la vida de un individuo no le pertenece a él o ella, sino al estado.

¿Cómo pueden los paternalistas decir que cuando te hacen más difícil fumar no están interfiriendo con tu libertad? Se les ha ocurrido un razonamiento extraño.

El balance de la Reserva Federal ha subido a 4,1 billones de dólares desde los 3,7 billones de agosto. Nomi Prins discute lo que significa este cambio de política y lo que augura para el 2020.

Los bancos centrales no han hecho nada para terminar el ciclo de auge y declive. En cambio, sus inescrupulosas intervenciones en los mercados de crédito sólo prolongan el auge. Pero es un gran error asumir que llevar las tasas de interés del mercado a cero creará un auge perpetuo.

Al presentar al Estado como parte integral de la economía y la sociedad, los defensores del «libertarismo de la capacidad estatal» ignoran la naturaleza política, es decir, depredadora, única del Estado.

Mantener la democracia sin críticas como un ideal pasa por alto la cuestión de si la democracia de mercado o la democracia política sirve mejor a los ciudadanos.

La tarea que las leyes de derechos civiles debían llevar a cabo –la gestión desde arriba de diversos grupos étnicos, regionales y sociales– siempre había sido la principal tarea de los imperios. Los EEUU ahora imponen esto tanto a nivel nacional como mundial.

No es el dinero lo que financia la actividad económica, sino la reserva de bienes de consumo. La existencia de dinero sólo facilita el flujo de ahorros. Cualquier intento de reemplazar los ahorros con dinero termina en un desastre económico.

El comercio de pieles de América del Norte está en declive. Desafortunadamente, muchos piensan que la solución es que el gobierno intervenga para «proteger» a los tramperos de la competencia del mercado.