¿Ha llegado los EUA a otro punto de inflexión histórico?
Hace más de treinta años, Japón SA parecía un gigante económico mundial. Hoy en día, ningún país encaja en esa categoría, gracias al enorme gasto gubernamental y a la intervención económica.
Hace más de treinta años, Japón SA parecía un gigante económico mundial. Hoy en día, ningún país encaja en esa categoría, gracias al enorme gasto gubernamental y a la intervención económica.
Los relatos progresistas modernos afirman que la riqueza de Occidente, y especialmente de los EUA, se construyó sobre las espaldas de los esclavos. De hecho, la esclavitud retrasó el crecimiento económico.
Lo importante no son los tipos y el número de productos que se encuentran en las estanterías de las tiendas. Lo importante es por qué y cómo han llegado ahí.
¿Hiperinflación? Sí, puede ocurrir aquí, y cuanto más niegan los funcionarios que la hiperinflación es posible, más crean las condiciones que la provocan.
Así que, si vamos a hablar de secesión, también es importante abordar explícitamente la cuestión de «cuál es el tamaño correcto de los estados». ¿Es mejor lo más pequeño?
Las manifestaciones mundiales del sábado pidiendo la liberación de Julian Assange podrían no ser escuchadas por las élites políticas americanas, pero eso no disminuye esta simple verdad: Assange está siendo castigado por exponer las mentiras y la violación de la ley por parte del Gobierno de EEUU.
Mientras que los economistas austriacos critican a los neoclásicos por el uso de supuestos falsos en sus modelos, los críticos han dirigido la misma crítica contra los austriacos por su uso de la economía de rotación uniforme.
Cualquiera que haya hecho un curso de macroeconomía de base keynesiana recuerda la ecuación de cambio MV = PY. Esta ecuación, sin embargo, está enterrada en un pensamiento económico falaz.
La línea estándar es que el Sistema de la Reserva Federal tiene dos mandatos, mantener el desempleo bajo y crear estabilidad de precios. Mark Thornton señala que la verdadera agenda se encuentra en otra parte.
A los progresistas les gusta decirnos que estamos bajo un «contrato social» con el gobierno, justificando de hecho cualquier abuso que las autoridades inflijan. Soportar la inflación masiva es la última iteración de este supuesto contrato.