Los precios son una intersección de expectativas, acciones, esperanzas y temores humanos. Me gusta preguntar al público: «¿Cuánto puede cambiar el precio de un activo?». Mi respuesta propuesta: «Más de lo que crees».
Dos días antes de la Navidad de 1913, la infame «criatura de Jekyll Island», el Sistema de la Reserva Federal, nació en nuestro cuerpo político. Desde entonces ha estado devorando la economía.
El desempleo sigue siendo bajo, pero por razones equivocadas. Unas tasas de desempleo bajas no son señal de que la economía vaya bien.
Aunque los socialistas postulan el socialismo como un sistema humano y ético, es cualquier cosa menos eso. Mises comprendió su brutalidad mucho antes de que el socialismo se apoderara del mundo.
Poco después de enterarse del nacimiento de Jesús, el rey Herodes intentó asesinar al niño. De hecho, el régimen opresor de Herodes y las depredaciones del Estado romano desempeñan un papel muy importante en la historia de la Navidad.
No es casualidad que el auge de los productos en serie fabricados específicamente para niños «coincidiera estrechamente con el auge de las clases medias, la industria y el capitalismo».
¿Recuerdas esas películas futuristas distópicas en las que los malvados intentan borrar electrónicamente a los héroes? Las compañías de medios sociales intentan recrear ese escenario.
Los déficits presupuestarios federales aumentan, pero la administración Biden no da señales de contener su gasto. Esto no va a acabar bien.
¿Por qué las sociedades implosionan en una masa de estatismo y tiranía? David Gordon encuentra algunas respuestas con el filósofo R.G. Collingwood.
Los datos de migración de 2020 a 2022 avalan la idea de que muchísima gente se está trasladando de restriccionistas estados covid a estados donde los tecnócratas de la sanidad pública tienen menos poder.
