Mises Wire

La segunda ley de Henry Hazlitt es la observación de que todo en la Teoría general de Keynes es poco original o falso. La teoría de Keynes sobre el equilibrio del desempleo es el aspecto más original de su obra.

Los consumidores libres y los empresarios siempre buscan cooperar en el mercado. Al fin y al cabo, «supongamos que no hubiera unión, que cada individuo dependiera únicamente de sus propios pensamientos y productividad.... Todos morirían de hambre».

Los Estados Unidos llevan mucho tiempo apoyando la idea de la secesión y la «autodeterminación» de algunas colonias lejanas. Pero el régimen de EEUU tiene cuidado de definir la autodeterminación para negar cualquier posibilidad de secesión más cercana.

Cuando se copia a la Unión Europea, también hay que saber que se obtendrá una falta de crecimiento y de creación de empleo al estilo de la Unión Europea.

Los Federalistas emplearon todos los trucos: desde retrasar el envío postal de los panfletos de los Antifederalistas hasta librar una guerra de propaganda en la prensa. Los Federalistas también hicieron todo lo posible para limitar el sufragio sólo a los grupos susceptibles de votar a favor de la ratificación.

Si la Reserva Federal se embarcara en un bombeo monetario agresivo para contrarrestar la recesión económica, no produciría el efecto deseado. Sólo diluirá la reserva de ahorro real y empeorará las cosas.

En primer lugar, se imprime dinero agresivamente con la excusa de que «no hay inflación». Cuando la inflación aumenta, los bancos centrales y los gobiernos nos dicen que es «transitoria» o que se debe a efectos «multicausales».

El plan de Biden de dar más dinero a los regímenes centroamericanos no servirá para compensar a los agricultores, empresarios y otras personas que siguen siendo víctimas de la guerra a las drogas de EEUU.

Muchos se adhieren a la creencia errónea de que los hechos hablan por sí mismos, de que la experiencia y el sentido común pueden por sí solos desbaratar las falsas interpretaciones. La marcha del progresismo ha demostrado que esta idea fantasiosa es errónea.

No hay lugar en una sociedad libre para un gobierno que demande a ciudadanos privados por difamación. Pero incluso entre particulares, las demandas por difamación suelen ser utilizadas por los poderosos para silenciar a los demás.