Reseña: Cómo pensar la economía
Per Bylund ha escrito un libro de economía comprensible para los legos y que presenta la economía como debe hacerse: una ciencia basada en la comprensión de la acción humana.
Per Bylund ha escrito un libro de economía comprensible para los legos y que presenta la economía como debe hacerse: una ciencia basada en la comprensión de la acción humana.
La oleada de fiscales «progresistas», muchos de ellos financiados por George Soros, ha ido seguida de un aumento de los delitos violentos.
La profesora australiana Melinda Cooper cree haber «descubierto» a Murray Rothbard, pero el Rothbard que dice haber encontrado no existe. David Gordon explica por qué.
¿Por qué tiene valor el dinero? Los economistas típicos afirman que el dinero tiene valor porque el gobierno lo declara así. Pero eso es imposible, dado el verdadero origen del dinero, que explican mejor los economistas austriacos.
Mientras que los funcionarios de la Casa Blanca, el Tesoro y la Reserva Federal dan la apariencia de estar en control, pero en verdad, no pueden deshacer el daño que han hecho.
Toda la «estrategia» de la Fed se puede resumir en «Subir hasta que se rompa, recortar hasta que se infle». Eso es lo mejor que han conseguido todos esos PhD de la Fed.
Uno duda de que la llamada Ley de Reducción de Inflación vaya a reducir la inflación. Sin embargo, causará estragos en la economía de EEUU con su mezcla letal de impuestos, regulaciones, subsidios y capitalismo de amiguetes.
Se acerca el invierno y los europeos se enfrentan a hogares sin calefacción, gracias a las sanciones lideradas por los EEUU contra Rusia. ¿Quién cargará con la culpa cuando la gente se muera de frío?
La NatCon expuso diversos puntos de vista de la derecha, en los que se abordaron las cuestiones más apremiantes a las que se enfrenta el mundo civilizado. Está por ver si el conservadurismo nacional se convierte en una fuerza para el bien o —como el fusionismo de antaño— en un recipiente para hacer crecer el régimen.
La victoria de Volcker sobre la inflación galopante no fue permanente, porque la tentación de los bancos centrales hacia la impresión excesiva, la monetización de los déficits gubernamentales y la imposición de impuestos a la inflación es permanente.