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Jeff Bezos se hizo rico dando a sus clientes lo que querían

La semana pasada, el fundador y CEO de Amazon.com, Jeff Bezos, sobrepasó a Warren Buffet para convertirse en el segundo hombre más rico del mundo. Su patrimonio neto se estima ahora en 75.600 millones de dólares. Si Amazon continúa su tendencia al alza, Bezos no tardará en sobrepasar al gigante del software como el hombre más rico del planeta.

Cada vez que alguien genera titulares por su riqueza, se produce la previsible protesta contra ello. “Los ricos se hacen más ricos, mientras que los pobres se hacen más pobres” dice la máxima común de la izquierda. Pero Jeff Bezos demuestra que cuando los ricos se hacen más ricos (fuera del ámbito de los trapicheos del gobierno) es haciendo a todos también más ricos. Eso es exactamente lo que ha hecho Amazon.

Amazon.com abrió sus puertas en 1995. Empezó como una tienda de libros en línea, iniciando la decadencia de los vendedores de libros años antes de la invención del lector electrónico, pero la empresa no tardó mucho en expandirse a cualquier producto enviable que pudiera vender. Pero el éxito de esta empresa no se produjo de la noche a la mañana. Por muy difícil que sea imaginarlo hoy, el gigante de internet no consiguió beneficios hasta seis años después. Esto significa seis años de funcionar con números rojos, mientras continuaba pagando los salarios cada dos semanas solo para continuar funcionando.

Pero, por supuesto, Amazon acabó despegando. Desde 2001, el primer año en que Amazon obtuvo ganancias, se ha convertido en una de las empresas más grandes del planeta y con mucho en el mayor centro de compras en línea. E hizo esto ofreciendo más bienes a la gente de todo el mundo a precios más baratos de los que podían encontrar en las tiendas.

A los vendedores en tiendas físicas comprensiblemente no les gusta el sitio web. Cuando quebró Circuit City en 2008, a muchos les pareció que Best Buy tenía por delante un futuro brillante como el único vendedor de electrónica que había sobrevivido a la recesión. Pero Amazon llenó tan bien el hueco dejado por Circuit City que Best Buy, después de remplazar a su CEO tras varios años mediocres, empezó a igualar los precios de Amazon en sus tiendas. La mayoría de los grandes vendedores le han seguido.

Aquí reside la belleza de la compra en línea. Tiendas de Internet como Amazon han ofrecido arbitraje instantáneo a los consumidores. Con mi smartphone, puedo verificar los precios de cualquier bien que estoy pensando comprar sin siquiera abandonar la tienda. En los tiempos de compra antes de Internet, si algo era más barato en Oregón que en Florida, simplemente era mala suerte para los habitantes de Florida. Ahora, los precios más bajos del país están a un clic de distancia.

Estas innovaciones han sido dolorosas para los vendedores, pero han sido buenas para el resto de nosotros. Y esta competencia ha significado que cualquier vendedor que no quiera sufrir el mismo destino que Circuit City o Borders deba competir para mantenerse vivo. Esto se traduce en precios más bajos, una mayor variedad de bienes y mejor servicio.

Amazon además nos ofrece otra lección de economía. Ninguna otra gran empresa demuestra mejor la brillantez de la extensión del comercio. Antes de esta revolución, incluso aunque los productos se podían enviar se a través de líneas estatales o importarse, los consumidores seguían a merced de lo que tenían disponibles los vendedores locales. Amazon, junto a los miles de otras tiendas de Internet que le han seguido, han extendido en la práctica el alcance del consumidor para acceder a más productos y mejores precios donde la distancia habría sido anteriormente un obstáculo insuperable.

Esta lección es particularmente relevante a la vista del debate actual sobre el comercio internacional. Todo lo que se habla sobre aranceles y cuotas es en realidad una estrategia para invertir los tipos de beneficios que empresas como Amazon confieren a los consumidores. Para expandir el acceso a los bienes, Amazon hace que sufran los vendedores tradicionales como Wal-Mart, pero solo beneficiando a los pobres y las clases medias. Las restricciones al comercio internacional para proteger a la industria nacional no serían distintas que el gobierno tomando medidas contra Amazon para proteger a los vendedores físicos.

Amazon ha aumentado en la práctica los niveles de vida de todos los seres humanos en todos los países en los que tienen presencia. Incluso la gente que no puede comprar en línea puede beneficiarse de la mayor competencia y presión por precios más bajos. Jeff Bezos ahora rivaliza con Bill Gates por el título de hombre más rico del mundo, pero solo después de décadas haciendo a todos los demás un poco más ricos.

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