La inflación no es producto de la codicia de las empresas ni del aumento de los salarios. Es un fraude perpetrado por las autoridades gubernamentales que empobrece a la gente común mientras enriquece a las élites.
La manipulación de las señales del mercado por parte de la Fed socava el proceso de generación de riqueza, ejerciendo así una presión al alza sobre el tipo de interés de preferencia temporal y el tipo de interés de mercado.
Argentina es sinónimo de hiperinflación, pero aparentemente sus votantes no han tenido suficiente.
Biden ha declarado que los EUA tiene «inflación cero» en la actualidad. Los economistas austriacos dicen: «No tan rápido».
El valor del dólar de EEUU ha subido durante la guerra de Ucrania. Si la paz irrumpe, el dólar podría ser una de sus víctimas.
Cuando el gobierno de Nixon puso fin a los vínculos del dólar con el oro, fue otro triste capítulo en el abuso del gobierno de EEUU de su moneda. Y el gobierno no aprendió nada.
La definición «oficial» de recesión es un descenso del PIB de dos trimestres consecutivos, pero hay problemas con la medición del PIB en primer lugar.
Por ahora, el dólar parece ir bien frente a otras divisas, pero ¿cuánto durará?
Entre su palabrería política, que contrasta con la realidad, y sus promesas incumplidas, cualquier credibilidad que tuviera la Fed en el pasado ha desaparecido hace tiempo.
Los políticos declaran que su máxima prioridad es mejorar la calidad del ambiente. Sus políticas inflacionistas dicen lo contrario.
