Debemos hacer el duro trabajo de escribir una buena historia que cuente historias reales sobre los mercados, el Estado moderno, la descentralización y la tiranía de los funcionarios de salud del gobierno.
El mercado eléctrico europeo es probablemente el más regulado por el Estado del mundo. Una mayor intervención no va a resolver los problemas creados por un diseño político que ha hecho que el mix energético de la mayoría de los países sea caro, volátil e intermitente.
La economía turca se tambalea bajo unas tasas de inflación que pueden alcanzar el 170%. No es de extrañar que lo peor lo sufra la gente normal que intenta ganarse la vida.
Hace más de treinta años, Japón SA parecía un gigante económico mundial. Hoy en día, ningún país encaja en esa categoría, gracias al enorme gasto gubernamental y a la intervención económica.
Mientras las políticas de identidad basadas en la raza y el género dominan el panorama político, olvidamos que los intereses de clase pueden ser una poderosa herramienta para unir a la gente por una causa.
En la Biblia se advirtió a los antiguos israelitas de los peligros de tener un gobierno que les cobrara muchos impuestos y los oprimiera. No escucharon.
Algunos afirman que la esclavitud fue la razón principal del éxito de la Revolución Industrial en Gran Bretaña, pero la respuesta está en otra parte.
En tiempos de guerra, los políticos intentan con frecuencia afirmar que todos los ciudadanos de Estados extranjeros son culpables de todos los crímenes que cometen sus regímenes. Esto es un invento moderno, y una barbaridad.
Afortunadamente, el mundo está compuesto por muchos Estados separados, lo que permite a los residentes «desobedientes» de un Estado escapar a otros, y huir del reclutamiento es simplemente un acto de autodefensa.
El derecho de autodeterminación es el derecho de los habitantes de cada territorio a decidir el Estado al que desean pertenecer.
