El Estado policial

El juicio de Julian Assange tendrá consecuencias que son mucho más grandes que el hombre mismo. Cualquiera que sea el futuro de Assange, ya es un mártir más en la lucha histórica por la libertad política de la que todos pueden inspirarse.

Si los confinamientos parecen estar disminuyendo, es porque los políticos temen que otra ronda de confinamientos sea recibida con resistencia en lugar de obediencia.

«Recuperar las calles» debería significar privatizarlas y permitir a los propietarios defender sus propiedades. Esta sería la forma más segura de terminar con los disturbios.

El poder omnipotente de la CIA para asesinar gente llegó a existir sin siquiera la apariencia de una enmienda constitucional. Fue aparentemente promulgada por el Congreso y luego accedida por la Corte Suprema.

La suposición fundamental detrás de la narrativa a favor del control de armas es que sólo las agencias gubernamentales de aplicación de la ley deben tener armas, y debemos confiar en la policía para mantenernos «seguros». Esa narrativa está fallando.

Aunque los gobiernos siguen insistiendo en que «es por los niños», nunca debemos volver a la edad oscura de la privacidad antes de la encriptación fácil de usar. Tampoco deberíamos permitir una «puerta trasera» para que los gobiernos accedan a nuestros datos.

El daño económico y social causado por los confinamientos en Alemania ha recaído en gran medida en los jóvenes, especialmente porque los trabajadores mayores tienen la mayoría de los trabajos seguros y lucrativos del gobierno.

El sindicalismo es una acción violenta directa contra las instituciones del capitalismo, como las fuerzas de seguridad, y especialmente la propiedad de las empresas. Este enfoque es a menudo adoptado por los marxistas, socialistas y fascistas como un medio para ganar poder.

El caso de la privatización de las carreteras tiene mucho que recomendar aunque sólo sea en términos de cómo afectaría el poder de la policía para detenernos, registrarnos y confiscar nuestra propiedad.

Mientras 20 millones de estadounidenses caen en el desempleo, ninguna crisis es tan grande como para que alguien en Washington piense en recortar el gasto militar, incluyendo los dólares gastados en equipo militar para los policías.