Si votas, no tienes derecho a quejarte
Después de toda la romantización sobre la democracia y las votaciones, al final, nos quedamos con el triste hecho de que los peores siempre encuentran su camino hacia la cima.
Después de toda la romantización sobre la democracia y las votaciones, al final, nos quedamos con el triste hecho de que los peores siempre encuentran su camino hacia la cima.
Tratar de entender la invasión rusa de Ucrania desde el punto de vista exclusivo de la democracia occidental moderna es ignorar la larga historia de liderazgo autoritario en Rusia.
F.A. Hayek escribió que «los peores llegan a la cima» cuando se trata del gobierno. Casi ochenta años después de que escribiera esas palabras, nada ha cambiado.
Hoy, los progresistas gobiernan por la ley de buenas intenciones, y cuando el gobierno tiene buenas intenciones, los resultados, por desastrosos que sean, no importan.
Han pasado más de cincuenta años desde que murió el hombre fuerte egipcio Gamal Abdel Nasser, pero su desafortunado legado de imponer el socialismo en Egipto sigue perjudicando la nación y a su economía.
En muchos sentidos, la democracia liberal que tuvo sus raíces en el liberalismo del siglo XIX parece haber llegado a su fin. ¿Podemos revivirla o algo más autoritario ocupa su lugar?
Acton no sólo condena la monarquía absoluta, sino también el gobierno de la mayoría ilimitada. En todo caso, el gobierno de la mayoría es peor, porque es mucho más difícil de resistir.
El pasatiempo popular de las democracias modernas de castigar a los diligentes y ahorrativos, mientras se premia a los perezosos, improvistos y no ahorrativos, se cultiva a través del Estado, cumpliendo un programa demo-igualitario basado en una ideología demo-totalitaria.
Afortunadamente para la derecha americana, existe otra alternativa al neoconservadurismo de William Buckley, al neoliberalismo de Milton Friedman y al paleoprogresismo de Teddy Roosevelt: el populismo libertario de Murray Rothbard.