¿Por qué parece que al Pentágono se le da mucho mejor gastar dinero que organizar una operación con éxito? La fracasada «Operación Guardián de la Prosperidad» y el desastroso muelle flotante de Gaza no son más que dos ejemplos recientes de iniciativas enormemente caras que, aunque sin duda enriquecieron a los contratistas militares, fueron incapaces de cumplir sus objetivos declarados. Profetas de Guerra: Lockheed Martin...Hartung, William. Mejor precio: $10.13. Comprar Nuevo $14.99 (a partir de las 02:45 UTC - Detalles)
A bombo y platillo, el Pentágono anunció el pasado diciembre el lanzamiento de la Operación Guardián de la Prosperidad, una operación militar conjunta de los EEUU y de RU para detener la interrupción por parte de los Hutíes yemeníes de la navegación comercial vinculada a Israel a través del Mar Rojo. Los Hutíes anunciaron su política en respuesta a las muertes de civiles en la guerra de Israel contra Gaza, pero cuando los militares de los EEUU y británicos se involucraron anunciaron que también atacarían el transporte marítimo de los EEUU y RU.
Se suponía que la operación iba a ser rápida y sencilla. Después de todo, la milicia Hutíe no era rival para las poderosas armadas de los EEUU y RU. Pero no fue así en absoluto. El fin de semana, el Wall Street Journal publicó un artículo devastador en el que revelaba que, tras gastar más de mil millones de dólares sólo en municiones, la operación no había logrado disuadir a los hutíes ni reabrir la navegación comercial en el Mar Rojo.
El Journal informó de que Avril Haines, directora de inteligencia nacional, declaró recientemente ante el Congreso que «el esfuerzo liderado por los EEUU ha sido insuficiente para disuadir al grupo militante de atacar barcos y que la amenaza seguirá activa durante algún tiempo».
Mientras tanto, el artículo nos informaba de que un esfuerzo continuado de EEUU para luchar contra los hutíes por el transporte marítimo del Mar Rojo era «insostenible.» Quizás la parte más reveladora del artículo proviene de una experta militar de Washington, Emily Harding, del CSIS: «Su suministro de armas desde Irán es barato y altamente sostenible, pero el nuestro es caro, nuestras cadenas de suministro están crujidas y nuestras colas logísticas son largas.»
Es una reminiscencia de un recuerdo del coronel Harry G. Summers de una discusión que tuvo con el coronel norvietnamita Tu: «Sabe, ustedes nunca nos derrotaron en el campo de batalla», dijo Summers. Tu hizo una pausa y respondió: «Puede ser. Pero también es irrelevante».
Del mismo modo, el ejército de los EEUU gastó 250 millones de dólares en la construcción de un muelle flotante temporal para entregar ayuda a los hambrientos palestinos, a pesar de que ya existía una ruta terrestre que habría sido mucho más barata de utilizar. El proyecto estaba condenado al fracaso desde el principio, ya que días después de la inauguración un temporal rompió el muelle y arrastró parte de él hasta la costa de Israel. Los militares de los EEUU consiguieron reunir de nuevo las piezas, pero en total sólo unos pocos camiones de ayuda lograron utilizarlo antes de que, durante el fin de semana, el muelle fuera desmontado de nuevo por temor a otra rotura relacionada con el tiempo.
Al parecer, para lo único que sirvió el muelle fue para ayudar al ejército israelí en una incursión en Gaza el 8 de junio en la que murieron 270 civiles palestinos.
Mientras los neoconservadores del Beltway siguen tramando una guerra con China por Taiwán, parece que alguien debería darse cuenta de los problemas que hemos tenido con los hutíes y los muelles flotantes. Por ahora, el crecimiento del gasto militar parece ilimitado, pero el aumento del gasto con resultados decrecientes plantea la cuestión de cuánto dinero estamos obteniendo.
Tenemos el ejército más caro del mundo, dicen. Puede que sea cierto, pero también es irrelevante.