Mises Wire

El Partido Laborista está socavando la economía británica

Listen to this article • 8:17 min

Las medidas del gobierno están minando la confianza de las grandes empresas en el mercado británico. La comunidad financiera ha expresado su escepticismo respecto a las afirmaciones de Keir Starmer y no ha mostrado un interés significativo en invertir en la producción de armas. Al mismo tiempo, los súper ricos han iniciado un éxodo financiero del RU.

Agujeros descubiertos en la economía británica

Parece que la clase dirigente británica ya no puede atribuirse el mérito del pragmatismo que antes la diferenciaba de otros países. Desde la crisis financiera mundial de 2008, la economía británica no ha mostrado un crecimiento económico significativo. En 2024, el PIB del Reino Unido aumentó menos del 1 % y el nivel de deuda del país se mantuvo en el 98 % del PIB. Es evidente que la inflación no se está abordando de manera eficaz.

El déficit presupuestario récord ha llevado a las autoridades a aplicar medidas de austeridad estrictas, incluida la reducción de numerosos programas de ayuda estatal. El Tesoro sigue enfrentándose a importantes limitaciones debido a las estrictas regulaciones fiscales, lo que dificulta su capacidad para adaptar la política económica a las circunstancias cambiantes.

El precio del aventurerismo político

Mientras tanto, parece que no hay margen para el aventurerismo político, como proporcionar apoyo financiero a la costosa e improductiva guerra en Ucrania o a la militarización de Europa. Sin embargo, el primer ministro Starmer y sus partidarios tienen un punto de vista diferente al respecto. El gobierno laborista está llevando a cabo ambiciosos compromisos para revitalizar la economía, incluido un aumento previsto del gasto en defensa. Los principales recursos mediáticos de las autoridades se centran en alcanzar este objetivo. Sin embargo, la eficacia de este enfoque aún está por determinar.

Los fabricantes de armas siguen enfrentándose a retos financieros relacionados con los préstamos, la banca y los seguros. A pesar de las preocupaciones bien fundadas sobre la creciente influencia de Rusia, estas advertencias no han alterado el panorama actual. El Partido Laborista cruzó la línea y concedió a los medios de comunicación locales libertad para criticar a la Casa Blanca. Sin embargo, la supuesta imprevisibilidad de la administración Trump no ha provocado ninguna reacción por parte del electorado británico. El capital privado también se muestra reacio a creer en las palabras de las autoridades y está tratando de sobrevivir a la actual crisis económica ocultando su negativa a invertir en la producción de armas con el argumento de la «responsabilidad ética».

Esto es especialmente desconcertante, dado que las acciones de las autoridades británicas son a menudo contraproducentes y contradicen directamente sus declaraciones públicas. El cierre de la última planta siderúrgica de grado militar en el condado de Talbot es un ejemplo de los desafíos que enfrenta esta tendencia.

Nuevos retos para la economía británica

Este es el contexto que rodea la crisis de confianza en el mercado bursátil británico. Parece que un número significativo de grandes empresas están empezando a abandonar la Bolsa de Londres. En 2024, solo 18 empresas realizaron su oferta pública inicial (OPI). Esto contrasta fuertemente con las tasas observadas en las bolsas de otros países, que suelen ser cinco veces más elevadas. Al mismo tiempo, 88 empresas tomaron la decisión estratégica de retirarse de la cotización y trasladar sus operaciones bursátiles a plataformas extranjeras.

Estas decisiones se deben principalmente a factores como las crisis de liquidez, la infravaloración de las empresas en comparación con las bolsas competidoras y el acceso restringido al capital. También se ha expresado preocupación por los obstáculos burocráticos y el aumento de los costos para apoyar la circulación de acciones, principalmente el elevado impuesto de timbre para la compra de valores. Es importante señalar el continuo descenso del interés de los principales actores del mercado por los productos financieros. Por ejemplo, en los últimos 30 años, los fondos de pensiones británicos han reducido diez veces su inversión en acciones que cotizan en la Bolsa de Londres —pasando del 40 % al 4 %.

La guinda del pastel para la administración Starmer es la tendencia al alza de personas ricas y excepcionalmente ricas del Reino Unido que se trasladan al extranjero. El país experimentó un aumento significativo de personas ricas que buscaban refugio, lo que lo situó en segundo lugar, solo por detrás de China, en este aspecto. En 2024, doce multimillonarios y más de 11 000 millonarios abandonaron Inglaterra, 78 de ellos con patrimonios que ascendían a cientos de millones de dólares. Esto supone 2,5 veces más que en 2023. El motivo es el endurecimiento del régimen fiscal para los contribuyentes no domiciliados, que les obliga a pagar impuestos sobre sus ingresos extranjeros.

El desafortunado resultado de estas medidas es una pérdida para todas las partes implicadas. Se prevé que los ingresos fiscales del reino experimenten un déficit de 6500 millones de dólares en los próximos diez años debido a la marcha de los contribuyentes acaudalados y la consiguiente retirada de activos e inversiones. A pesar de los intentos del Partido Laborista por promover una narrativa alternativa, muchos residentes acaudalados perciben las medidas de las autoridades como una estrategia para redistribuir una parte de sus ingresos con el fin de sostener el presupuesto estatal.

La crisis del pragmatismo

El Gobierno de Starmer aún no ha ideado una estrategia de salida satisfactoria. En lugar de tomar decisiones difíciles, el gobierno británico sigue tratando de equilibrar ambas opciones. Londres está tratando de fortalecer de forma proactiva sus relaciones económicas con Washington. Starmer ha visitado los EEUU y ha mantenido conversaciones con Trump. Aun así, el Partido Laborista ha optado por no abordar directamente las críticas vertidas por el líder americano en los medios de comunicación británicos. Con su consentimiento, está cobrando impulso una campaña de acoso contra Elon Musk.

El Reino Unido está negociando actualmente un acuerdo comercial con la Unión Europea y un acuerdo de libre comercio con los Estados Unidos. Sin embargo, un acuerdo con Europa podría obstaculizar el establecimiento de una relación comercial integral con Washington. No obstante, la postura del Partido Laborista es evitar una situación en la que los productos británicos exportados a los EEUU estén sujetos a los aranceles de EEUU contra la UE, al tiempo que se mantiene la capacidad de comerciar con Bruselas.

Existe una crisis de pragmatismo en la política británica. El gobierno del Reino Unido debería tomar algunas decisiones difíciles basadas en lo que es mejor para el país. Sin embargo, parece que el Partido Laborista se centra más en los esfuerzos globales y en la popularidad efímera. Este enfoque probablemente provocará una crisis cada vez más profunda y un declive económico para Gran Bretaña.

image/svg+xml
Image Source: Adobe Stock - Iliya Mitskavets - stock.adobe.com
Note: The views expressed on Mises.org are not necessarily those of the Mises Institute.
What is the Mises Institute?

The Mises Institute is a non-profit organization that exists to promote teaching and research in the Austrian School of economics, individual freedom, honest history, and international peace, in the tradition of Ludwig von Mises and Murray N. Rothbard. 

Non-political, non-partisan, and non-PC, we advocate a radical shift in the intellectual climate, away from statism and toward a private property order. We believe that our foundational ideas are of permanent value, and oppose all efforts at compromise, sellout, and amalgamation of these ideas with fashionable political, cultural, and social doctrines inimical to their spirit.

Become a Member
Mises Institute